Don Quijote en el día del fiambre

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En eso estamos. Enfrentando molinos que en realidad son gigantes. Quizás por eso evoco a Don Quijote. ¡Oye,  Don Quijote!, ¡Dadnos un resumen de tus mejores perlas, que a esta tierra algún consuelo traiga!

Bueno Sanchopín, aquí te van algunas. Píntalas en tu alma y a tu nación explícalas.

Abre bien los ojos para encontrar aliados, haz alianzas, aunque te cueste, porque   “peleando aún entre los demonios hay unos peores que otros, y entre muchos malos hombres suele haber alguno bueno”.

 El problema de tu país es el sistema corrupto. Lo contrario a servir el bien común.  Sé realista y comprende que:  “Esta que llaman fortuna, es una mujer borracha y antojadiza, y sobre todo, ciega, y así no ve lo que hace, ni sabe a quién derriba”.

  Pero recuerda siempre Sanchopín que  “la  libertad es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar, por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida”.

 ¡Por ello pelea por tu país con todo lo que tengas! Ama a tu patria con todo tu ser, porque “el amor junta los cetros con los cayados; la grandeza con la bajeza; hace posible lo imposible; iguala diferentes estados y viene a ser poderoso como la muerte”.

Ten presente que “la pluma es lengua del alma; cuales fueren los conceptos que en ella se engendraron, tales serán sus escritos”.

Llegarás a decir lo que en algún momento yo mismo concluí:  me moriré de viejo y no acabaré de comprender al animal bípedo que llaman hombre, cada individuo es una variedad de su especie”.

Terminando Don Quijote de decírmelo, este Sanchopín apresuróse  a registrar la sabiduría de las perlas apuntándolas en su corazón antes que feneciesen en la desidia del día a día.

Pensemos hoy en los que tenemos a nuestro lado. Seres queridos por los que damos la vida. —Y mientras los partidos activan el campanazo final de las campañas pre-activadas desde el 14 a las 14,  se suben  en tarimas,  regalan gorritos y láminas  y bolsitas  y prometen múltiples bonos  y tambos de agua fría y  remesas condicionadas y verdadero populismo de derecha—  encontremos un camino para proteger esa simiente futura involucrándola desde ya para registrar nuestro compromiso por la República.

Mientras tanto,  en este martes ya sin fiambre, pensemos en los dichos de  nuestro Quijote, repitiendo: “¡Vamos Sanchopín, no te me bajes del caballo! ¡Declara conmigo!”.

“Don Quijote soy, y mi profesión la de andante caballería. Son mis leyes, el deshacer entuertos, prodigar el bien y evitar el mal. Huyo de la vida regalada, de la ambición y la hipocresía, y busco para mi propia gloria la senda más angosta y difícil”. ¿Es eso, de tonto y mentecato?
 
alfredkalt@gmail.com
 

ESCRITO POR:

Alfred Kaltschmitt

Licenciado en Periodismo, Ph.D. en Investigación Social. Ha sido columnista de Prensa Libre por 28 años. Ha dirigido varios medios radiales y televisivos. Decano fundador de la Universidad Panamericana.