IMAGEN ES PERCEPCIÓN

El ajedrez anticorrupción

|

El ajedrez es un juego que tiene muchas semejanzas con la vida cotidiana, se necesita inteligencia y astucia para ganar, pero sobre todo tener visión. Una estrategia exitosa radica en considerar la alternativa para atacar y defenderse, evaluando las posibles respuestas del contrincante y la forma cómo afectará el resultado final.

Un mal tiro puede arruinar toda una serie de buenos movimientos y muchas veces el que ataca sin pensar se distrae tanto en acorralar al otro, que cuando siente le hacen un jaque mate que no vio venir. En el ajedrez no se puede cantar victoria hasta que termina el juego.

Haciendo una analogía entre el ajedrez y la forma cómo se ha dado la lucha anticorrupción en Guatemala, es claro que aquí hay dos bandos que están contendiendo y en los últimos años ambos se han estado haciendo arriesgados jaques mutuamente.

Vamos a decir que quienes usan las piezas blancas son los que apoyan la lucha anticorrupción, —encarnada obviamente en la Cicig— aquí se suman también los ciudadanos que la apoyan, gente normal que vive de su trabajo o empresa honestamente y lo único que quiere es un país donde haya justicia, gobernabilidad y oportunidades para todos.

Por otro lado, están quienes usan en este ajedrez las piezas negras, o sea “los chicos malos”. Estos son bien conocidos y hay desde peones hasta reyes, son “algunos” militares y empresarios —vergüenza de su gremio—, pero la mayoría son personas que han ocupado o están en puestos públicos. No puede generalizarse y señalar a ningún gremio específico, pero tristemente la corrupción es tan fuerte en este país que no hay un solo sector que no haya sido salpicado con este terrible cáncer. Esta batalla ha sido muy dura, tanto que el grupo de los corruptos que han tenido que aliarse para fortalecerse y así desprestigiar el trabajo de Cicig o de cualquiera que esté a favor de la lucha anticorrupción.

Esta semana Iván Velásquez habló con periodistas en Bruselas, Bélgica, expresando que la Comisión que dirige se encuentra ante un desafío “gigantesco y descomunal”; no es para menos utilizar estos adjetivos, ya que es del conocimiento público que Guatemala esta capturada por redes criminales que se han aliado entre sí, para hacer un frente de reacción y poder bloquear la lucha contra la corrupción. Por lo visto no están dispuestos a dejar que nuestro país avance, los “chicos malos” están prestos a ganar esta partida al precio que sea.

No cabe duda que quienes están moviendo las piezas negras de este ajedrez, analizaron la forma de cómo podrían poner en jaque a la Cicig, y supusieron que moviendo las “piezas claves” —la reina y el alfil— la harían tambalear. Esta gente sabe bien, que esta comisión para funcionar como debe ser, requiere trabajar en equipo con el fiscal general y el ministro de Gobernación. El tiro aparentemente fue estratégico, pero demasiado evidente. Porque la percepción general es que hasta hoy estos dos personajes no están muy dispuestos a trabajar en equipo con la Cicig, como se estuvo haciendo desde el inicio con los tres fiscales anteriores.

Pero ojo, porque esta movida lo único que está logrando es consolidar y fortalecer a la institución anticorrupción, que cuentan con el respaldo ciudadano, excluyendo obviamente a los callcenter contratados por los “chicos malos” para hacer un poco de ruido.

Obviamente el tiempo del beneficio de la duda ya caducó y ahora habrá que esperar la reacción de la comunidad internacional, específicamente la de Estados Unidos, si es que esta gente sigue bloqueando el trabajo de la Cicig, porque la corrupción genera pobreza, la pobreza promueve la inmigración ilegal a EE. UU. Y eso es justamente lo que ese país desea frenar.

ESCRITO POR:

Brenda Sanchinelli

MSc. en Relaciones Internacionales e Imagen Pública. Periodista, experta en Etiqueta. Dama de la Estrella de Italia. Foodie, apasionada por la buena mesa, compartiendo mis experiencias en las redes.