REFLEXIONES

El desafío toca al Congreso

Con la renuncia de la Vicepresidenta Baldetti se plantean dos temas fundamentales para el futuro del país. El primero es si el pueblo de Guatemala le pedirá la renuncia también al Presidente de la República, pues es inconcebible que él pueda esgrimir que ignoraba los hechos siendo el jefe de Estado, y además, habiendo sido jefe de inteligencia militar.

Esto llevaría al Congreso el dilema de escoger a un Presidente y Vicepresidente interinos, lo cual preocupa profundamente, pues es darle demasiado poder de decisión a un congreso que no se ha ganado la confianza de la población.

El segundo tema que resulta absolutamente estratégico para el futuro es que el pueblo de Guatemala exija al Congreso, con todo y sus debilidades, que apruebe la reforma a la Ley Electoral y de Partidos Políticos que ya estuvo discutida, aprobada en comisiones y con dictamen de la Corte de Constitucionalidad.

A esta reforma hay que agregar temas que tienen que ver con el Congreso mismo, en concreto que los diputados no puedan participar más de tres períodos como límite absoluto y que el diputado que abandone su partido no pueda incorporarse a la bancada de otro, y por último, que el salario del diputado esté condicionado a los días de asistencia a las sesiones del Congreso, y no a decisiones antojadizas.

Cae de su peso que el Congreso debe eliminar todas las prebendas y privilegios que tienen los diputados y percibir únicamente su salario como cualquier otro trabajador.

En la marcha del 16 de mayo y en las siguientes actividades que realice la sociedad civil guatemalteca es importante que se enfoquen hacia el Congreso, para lograr la reforma a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, antes de permitir que cualquier diputado haga campaña para su reelección, pero el pueblo de Guatemala debe ser el garante no solo de que no se realice la campaña, sino además de que los diputados que se opongan sean rechazados y retirados del Organismo Legislativo. Esto no solo incluye el no votar por ellos, sino el que ni se atrevan a hacer proselitismo en cualquier parte del país.

Cualquier actividad pública debe terminar en el Congreso para asegurar que este escuche el mensaje claro del pueblo, y no dejar de pensar en la posibilidad de una gran marcha desde todos los rincones de Guatemala que concluya en el Organismo Legislativo, poniendo fecha límite para la aprobación de esta reforma.

La reforma electoral de este año sentará las bases para la reforma del Estado, que debe realizarse el año entrante. Gane quien gane las próximas elecciones, todos los candidatos deben comprometerse a la reforma política, y en caso se diera un vacío de poder en el Ejecutivo, el Congreso debe nombrar interinamente a quienes conduzcan la dirección del Gobierno, pero es importante que no vengan de las actuales bancadas del Congreso, titulares o suplentes, porque generaría un conflicto de intereses y además el pueblo no lo avalaría.

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