REGISTRO AKÁSICO
¿Enfermedad latinoamericana?
Putin insulta a la América Latina como causante del zika, cuando su origen está en Uganda. Antes había dicho que el fracaso de su gobierno se debe a que Lenin puso una bomba de tiempo. Ojalá no pase a más ese comentario, pues el condenado acusó a Lenin y a otros revolucionarios rusos por el trazo de la frontera con Ucrania, ya que supuestamente entregaron Donbass a ese país. Recuérdese que similar argumentación utilizó para invadir a la Península de Crimea, al afirmar que Jruschov había realizado una acción semejante durante la existencia de la Unión Soviética.
En Guatemala, Lenin todavía es fuente de inspiración. Varias razones contribuyen a esa consideración: 1) de manera separada, pero coetánea con Weber, deslindó una visión sociológica de la política frente a la teoría del Estado. 2) Unido a ello, desentrañó el carácter limitado de la lucha en los partidos políticos de masas. Pidió confianza para los dirigentes honestos y explicó los fracasos cuando eran oportunistas, lo que provocaba extravíos históricos que terminaban en épocas confusas. 3) De similar manera que en la Revolución Francesa, se marcó un hito histórico que permitió a una nación atrasada convertirse en una potencia mundial. Su actuación fue fundamental para desencadenar la revolución junto con su colega, León Trotsky. 4) Posteriormente demostró la bondad del control de las fuerzas económicas del mercado, al impulsar la Nueva Economía Política, con el apoyo de otro de sus colegas: Bujarin. 5) Destacó la importancia de la electrificación, la industrialización, el apoyo a la ciencia y a la educación generalizada, para potenciar la economía en función del bienestar social.
Cuando Lenin murió en 1924, se desencadenó una lucha por el poder entre el grupo dirigente de la recién fundada URSS. El vencedor fue Stalin, cuyo régimen de industrialización centralizada hizo progresar a esa federación, pero se le acusa de abusos y falta de libertades.
Cuando la URSS perdió su capacidad de reorganizarse económica y culturalmente, la lucha de clases provocó su desaparición. Echar culpas a Stalin es tan estrafalario como criticar a Lenin o cualquiera de los dirigentes bolcheviques.
Los que se consideran revolucionarios en el nuevo siglo, demandan a sus formaciones políticas que revaloricen a la democracia para fortalecer la relación entre conciencia y cambio, tal como afirmaba Rosa Luxemburgo. El pensador italiano Antonio Gramsci subrayó la importancia de esa consideración teórica, pero también insiste en que la política supone procesos técnicos.
En nuestro medio, algunos partidarios de la izquierda confunden el discurso contra EE. UU. con las reivindicaciones socialistas. De esa cuenta resulta que un vendedor de gas como Putin, que hasta ahora vocifera contra los norteamericanos, se cree que participa del ideario socialista. Se pasa por alto su racismo y su odio al pasado comunista de su país.
La izquierda debiera desarrollar sus bases teóricas basadas en la crítica de la economía política. En la interpretación histórica deben conocerse los nombres de políticos norteamericanos que causaron daños a la democracia y no asumir una fácil condena en bloque al país que atrae a muchos guatemaltecos, para encontrar trabajo y enviar fondos a sus familias para sobrevivir. Se necesita madurez en este asunto.
Precisamente, Lenin identificó al imperialismo con el predominio del capital monopólico internacional, nunca con un país determinado. Hay necesidad de una actitud estudiosa y crítica, antes que repetir como tarabillas, las perversas agendas de políticos demagogos.