VENTANA
Espíritu fuerte
Carlos Castañeda le preguntó a don Juan Matus, el viejo sabio yaki, durante uno de sus primeros encuentros, si podía llevar su cámara y su grabadora para documentar las conversaciones entre ellos. Don Juan lo miró con evidente desaprobación y agregó: “Olvídate de eso, lo único indispensable para hacer cualquier cosa en la vida es un espíritu fuerte, y eso a ti te hace falta. Preocúpate de eso y no de estar tomando fotografías…”.
Ese mensaje lapidario de don Juan se quedó grabado en mi mente porque una persona puede ser muy inteligente, pero carecer de espíritu, de esa conciencia que nos permite reconocer que hay algo que nos une con todo lo que existe porque percibe la presencia de algo más grande que nosotros mismos. Cuando pienso en una persona con un espíritu fuerte salta frente a mí la imagen sonriente del papa Francisco.
Francisco es el primer Papa latinoamericano, jesuita, carismático, alegre, con un pensamiento claro, íntegro, que lo transmite a través de un lenguaje coloquial, sencillo y muy humano, tan humano que no le avergonzó revelar, en una entrevista esta debilidad suya: “Yo le dije al Señor: “vos cuidame, pero si tu voluntad es que yo muera o que me hagan algo, te pido un solo favor: que no me duela. Porque yo soy muy cobarde para el dolor físico”.
En solo dos años de su pontificado, Francisco se ha ganado el corazón del mundo entero. Para el profesor de la Universidad de la Santa Croce, Robert A. Gahl, el Papa sorprende por su creatividad al reformar la Iglesia no a través de los instrumentos propios “de la política o de los negocios”, sino “con la fuerza del corazón”.
Su carácter reformador inspira los cambios que el mundo necesita en este milenio. Francisco no le teme a sus detractores. Se comenta que entre los principales desafíos están: 1. Terminar de limpiar las lacras de la Iglesia. 2. Reformar la administración interna. 3. Salir al mundo a proclamar los valores tradicionales del Evangelio.
¿Francisco es el Papa de la Paz? Así se ha empezado a llamarle porque busca unir las religiones en este siglo en que el terrorismo mundial es una de las mayores amenazas. Francisco ha mediado en el conflicto entre Israel y Palestina. En agosto del 2014 visitó Albania donde se ha logrado un gobierno de unidad nacional entre islámicos, ortodoxos y católicos. Desde aquí lanzó al mundo un mensaje contundente: “Que nadie se escude en Dios para ser terrorista. La religión es una fuente de paz, no de violencia”.
Un sueño del Papa Francisco que cobra realidad es la Red Mundial de Escuelas para el Encuentro que vincula el arte, la tecnología y el deporte llamado Scholas Ocurrentes. Este proyecto educativo promueve la integración social a través del diálogo y el hacer cosas juntos entre los jóvenes, especialmente entre aquellos que viven en áreas marginales amenazados por la violencia y la muerte. Para Francisco, “donde hay jóvenes hay esperanza”, esperanza de vida, esperanza de paz. ¡Fortalecer sus espíritus es impostergable!
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