El eterno drama
Ellos dejaron en nuestras manos la responsabilidad de continuar sus luchas, pero nuestros esfuerzos están siendo apabullados por el cambio de políticas arquitectónicas y urbanas, cuando estas han caído en manos de la explotación inmobiliaria, la política y la corrupción. Tenemos el caso de Antigua Guatemala, hoy despedazada su historia ante la explotación urbanística y arquitectónica de los poderes económicos y la ignorancia de los desarrolladores.
La tierra es ahora un bien explotable en que han desaparecido las políticas urbanas, tanto de las estructuras privadas como municipales. En que ya no se tratan los puntos importantes de la legibilidad urbana tanto en las universidades como en las instituciones reguladoras. Aquellos elementos arquitectónicos ya no se definen correctamente y han liberado los impactos distorsionadores de la ciudad confundiendo a las personas. Y la seguridad urbana es cada día más precaria, física o humana
Por ejemplo, la primera dama de Nicaragua, Rosario Murillo, informó que “el Gobierno se encuentra en máxima alerta, dado que un temblor de apenas 2.2 grados en la escala de Richter pudo haber activado las fallas sísmicas que cruzan lo que fue el viejo centro de Managua, la capital del país, y que desencadenaron el terremoto de 1972, que devastó la ciudad y dejó cerca de 10,000 muertos y 20,000 heridos”. (El País, Es). Este fue antes al de Guatemala de 1976, con 7.2 grados Richter, que activó las fallas del Motagua, Mixco y Santa Catarina.
Por otro lado, en Chile tenemos el incendio de Valparaíso, que ha abierto un intenso debate sobre la planificación urbanística: “La situación de los poblados marginales ha quedado en evidencia”, advierte el presidente del Colegio de Arquitectos de Chile, Sebastián Gray. El experto en gestión de emergencias Michel de L’Herbe señala que la planificación en las ciudades no solamente tiene que ver con los lugares donde se sitúan las infraestructuras, “sino con la sostenibilidad y, sobre todo, con la protección de la vida”.
“Tenemos el desafío de aplicar una política de crecimiento urbano con criterios de equidad, sostenibilidad, desarrollo económico y participación”, Paulina Saball. La investigación determinó que “unos 1.7 millones de chilenos viven en asentamientos urbanos con altos niveles de segregación, pobreza y marginalidad. En algunos casos, verdaderos guetos”. (El País, Es).
Y nosotros, ¿cuándo entraremos a la discusión de nuestros guetos? Igual a Chile, también sin agua en La Terminal, que generó la quema total del edificio, y porque fue en horas de la noche no fue una tragedia social nacional.