2012 ¿El fin?

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 y lo creen. Por mi parte no creo que ningún humano pueda determinar estos hechos.

Lo que sí puedo aseverar es que Jesucristo mismo afirmó que el mundo un día terminaría, pero también fue enfático diciendo que nadie sabe el día ni la hora de este acontecimiento; únicamente Dios Padre, pero que las señales que él enumeró marcarían la víspera de este suceso y podríamos percibirlas.

Entre algunos eventos, lo más preocupante es el deterioro del ser humano. Hoy en día pareciera que “lo bueno es malo y lo malo es bueno”; hombres adoradores de sí mismos, aberraciones sexuales, falta de amor y una total pérdida de valores morales son algunas de los signos que indican la terminación de este mundo. Es un hecho que habrá un día de justicia divina, en que cada persona recibirá el pago ecuánime, acorde a las acciones ejecutadas a lo largo de su vida.

Es aquí donde surge la necesidad de establecer una cosmovisión de la razón por la cual existe el ser humano. ¿Qué nos lleva e practicar el bien o el mal? En esa búsqueda espiritual hay personas creyentes; otras agnósticas y aún otras ateas. Respecto de las creyentes, cada una se adscribe a un sistema religioso, de verdades dogmáticas, creyéndose poseedor de verdades absolutas, fuera de las cuales impera el reino del pecado, oscuridad y del mal. El problema de los dogmas religiosos es que no todos coinciden en que habrá un juicio final y difieren en los requisitos de la salvación del hombre, basada en obras o por gracia y fe.

Unos se aferran a la religión para encontrar una verdad, poniendo su fe en un pastor, sacerdote o rabino, que son hombres y también se pueden equivocar. Los más liberales obvian cualquier tipo de práctica religiosa, optando por el hedonismo y materialismo, asegurando que el mundo jamás terminará; dicen que son leyendas urbanas que han existido siempre.

Lo que sí es cierto es que el fin del mundo para cada quien es el día de su muerte, y ese día sí que llegará para todos, sin excepción de credo, sexo o clase social. Por lo tanto, nuestro deber es estar preparados, buscando una verdad que trascienda a religiones o personas, investigando la razón de nuestra propia existencia, procurando una relación directa con Dios, porque un día “todos” daremos cuentas de nuestros actos. El tiempo se agota y este año —2012—, se acabe el mundo o no, es tiempo propicio para reflexionar profundamente sobre nuestra vida, buscando la verdad, la justicia y el amor, como si hoy fuera el último día de nuestra vida terrenal.

¡Feliz año a todos mis amigos lectores!

ESCRITO POR:

Brenda Sanchinelli

MSc. en Relaciones Internacionales e Imagen Pública. Periodista, experta en Etiqueta. Dama de la Estrella de Italia. Foodie, apasionada por la buena mesa, compartiendo mis experiencias en las redes.