Del frío al calor

Las últimas fotos de las Cataratas del Niágara parecieran ser el freezer de una refrigeradora del siglo pasado. Nos hace reflexionar que un norte congelado con temperaturas bajo cero y un sur que se derrite por la fuerza del calor nos afecta a todos pues al cerrarse negocios por los temporales, va en detrimento de nuestra economía. La veracidad del cambio climático ya no debiera estar en duda y quienes sigan con el trillado discurso de que es un mito, solo contribuyen a que retracemos el momento del cambio de actitudes. Debemos exigirles a los políticos que tomen control del tema.

El frío invernal proveniente del Polo Norte que ahora azota el 50% del país norteamericano, lo vemos en Houston, Hawaii y algunas ciudades del norte del Estado de la Florida, las costas de Texas y Louisiana, Minneapolis, Chicago, Milwaukee, Detroit y Cleveland, Boston, Pittsburgh, Philadelphia, New York City e Indianápolis. Podría seguir enumerando las ciudades, pero me limito a decir que son 180 millones de personas afectadas en Estados Unidos. Lo absurdo es que la mayor parte de la población norteamericana no da crédito al cambio climático.

Pero por alguna extraña razón, en los últimos días han surgido simultáneamente varios eventos extremos paralelos en todas partes del mundo. En el sureste de Francia, sufrieron de lluvias e inundaciones y de igual forma ocurrió en Indonesia. En Tonga, Oceanía, frente a las costas de la isla norte de Nueva Zelanda, hubo un terremoto de 6.3 grados Richter y en un pueblo de Argentina otro de 5.6 grados. Los incendios forestales también se dieron en Australia y en el Estado de California por las olas de calor.

Sin embargo, entre las noticias climáticas adversas de estos días, vimos un evento extremo que es una maravilla de la naturaleza. Se trata de “Los tres soles” también llamado “Sun Dogs”. Fue un fenómeno que tuve la dicha de ver cuando estuve en el Polo Norte y ahora se le vio en la ciudad rusa de Kazán. Es un rarísimo fenómeno meteorológico y de efecto óptico llamado “parhelio” producido por las nubes compuestas de diminutos cristales de hielo que se encuentran en suspensión en la troposfera, a alturas comprendidas entre 5 y 10 kilómetros. Mi experiencia en estas frías regiones polares las he documentado en mi recién publicado libro Aventura Extrema —una épica travesía en el Polo Norte—, libro que le invito a leer. Lo encuentra en Artemis Edinter o Sophos en español o inglés. Debemos saber qué pasa para actuar acorde por lo que se lo recomiendo como libro de sala por las magnificas fotos del Polo Norte, por la aventura vivida, o por la información.

vidamodepaz@yahoo.com
www.tropicalrainforest.org

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