CON NOMBRE PROPIO

Gobernar a ciegos

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El fanatismo produce ciegos deconciencia y corazón. Con tal de perseguir dogmas, se defienden “ideas” negándose hechos y evidencias.

Nuestro sistema educativo, en vez de generar conciencia crítica, formación por medio de la búsqueda de la verdad y procurar el debate, produce más gente identificándose con determinadas corrientes políticas sin cuestionarse y se limitan a repetir discursos carentes de sustento.

Si el diálogo es impensable, más lejos vemos el debate y como además nuestros políticos huyen de los grandes problemas nacionales para aparecer solo cuando hay campaña electoral, estamos perdidos y sin rumbo.

En días recientes nuestro sistema de justicia produjo la redada de exmilitares retirados más grande de la historia de América Latina. La acusación, como lo señaló la señora fiscal general, se debió a una orden emanada dentro de un caso en donde se le exigió al Ministerio Público —en sentencia ejecutoriada— investigar dos hechos concretos. El primero, la responsabilidad por el hallazgo de más de 500 osamentas enterradas de forma clandestina debajo de la base militar de Cobán; y el segundo, la desaparición de Marco Antonio Molina Theissen, de 14 años, hace más de 30 años.

Los cadáveres de la fosa común son, en su mayoría, mujeres, niños y ancianos. El caso representa el proceso de más cantidad de desaparecidos en todo el hemisferio, muchas de las víctimas estaban amarradas; otras, aún tenían rasgos de tortura y todas muertas por un balazo o golpes contundentes. El segundo caso es también muy duro, el adolescente fue arrancado del seno familiar por personal militar y a la fecha no se sabe en dónde está su cuerpo.

Poco importa si se es de izquierda o de derecha. Esto no puede quedar, ni por asomo, en la impunidad.

Pero demos un viraje de tema. También en estos días se ha presentado una fuerte discusión por la creación de un salario mínimo diferenciado en cuatro municipios. Este salario estaba destinado para un tipo de industria —ligera—, las empresas deberían calificar en el Ministerio de Economía y los empleados debían gozar de protección del IGSS. Asimismo, cualquier eventual negociación colectiva con sindicatos podía acordar mejores condiciones.

Si la medida es inconstitucional, preguntémonos ¿cómo entonces podemos proponer otra forma de crear empleos? Acá no se trata de propugnar medidas mercantilistas para empresas que se niegan a cumplir con sus obligaciones mínimas, se trata de crear cientos de miles de empleos y todos ellos con seguridad social, en consecuencia está bien la crítica, pero… ¿Y la propuesta?

El salario mínimo para este año es de Q2 mil 747, así que si usted, amigo lector, no le paga 14 veces este monto a su empleado, está fuera de la ley y puede ser demandado. ¿Lo hace?

Nos cuesta comprender que concibamos que vendrán, por arte de magia, cataratas de dinero para crear miles de empleos. Debemos ser más creativos y por eso debatamos. Los sindicatos y la cúpula empresarial tienen una misión, pero la búsqueda de soluciones es un consenso más democrático y menos sectorizado. Buena parte de guatemaltecos no tiene acceso a servicios básicos, empecemos por crear políticas que permitan la creación de empleos formales o estaremos como plañideras ocupando espacios.

Este país no cambiará si no se concibe la justicia como necesaria y menos aún podremos hablar de desarrollo si la seguridad social, en principio universal, es un lujo para unos cuantos porque empleos formales es la excepción, no la regla.

Un nuevo gobierno se estrena mañana, sin importar quién es el presidente. Por lo menos intentemos combatir la ceguera.

ESCRITO POR:

Alejandro Balsells Conde

Abogado y notario, egresado de la Universidad Rafael Landívar y catedrático de Derecho Constitucional en dicha casa de estudios. Ha sido consultor de entidades nacionales e internacionales, y ejerce el derecho.