El mantenerse en el poder por la vía de las armas y de reelecciones fáciles de manipular para quien tiene el poder, especialmente cuando se quita la libertad de información, cerrando o apoderándose de los medios de comunicación, los diarios y la televisión, con el pretexto de atentar contra el Gobierno, también nos debe poner a pensar en lo que queremos para nuestro país.

Es sorprendente cómo las naciones que dicen amar la democracia y la libertad se hacen de la vista gorda ante los atropellos contra la Prensa y en contra de los ciudadanos, especialmente de los jóvenes universitarios. El temor de perder a uno de los principales abastecedores de petróleo les pone una mordaza; no hay reclamos, se escucha el silencio.

La única manera que tienen los venezolanos de comunicarse al exterior es por medio de sus celulares, a través de las redes sociales, subiendo fotos y mensajes a través de Twitter, Facebook e internet. Sin embargo, cada vez se les hace más difícil, porque han estado interviniendo y cerrando las posibilidades de transmisión al exterior.

Los principales problemas que tenemos en Latinoamérica, salvo pocas excepciones, es una falta de preparación por parte de quienes gobiernan, combinada con una ambición de enriquecimiento, que logran a través de sobreprecios de las obras públicas, comisiones de compras, de favores, etcétera, lo cual tratan de esconder con una propaganda de beneficio a la población pobre a través de una falsa política de caridad. La caridad es importante y una obligación moral, no solo para el Gobierno sino para todo ciudadano, pero hay que tener el cuidado de no dar caridad a quien se le debe dar oportunidad.

Es sumamente difícil encontrar a exgobernantes que no se hayan enriquecido de una manera impresionante durante su gobierno. Entre los que hay, en Guatemala brillan dos de diferente ideología política: el general Jorge Ubico y el doctor Juan José Arévalo.

Respecto de las capacidades y preparación de los gobernantes, destaca en América del Sur el dos veces presidente, con 20 años de diferencia, Alan García; la primera vez, un desastre, y la segunda, un gran mandatario. ¿Qué pasó?, ¿Cuál fue la causa? En primer lugar se nota que se puso a estudiar al salir de su primera presidencia, y en segundo, es evidente que Fujimori trazó un sistema económico de gobernar que han seguido los siguientes gobernantes peruanos.

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