ESCENARIO DE VIDA
Guatemala en Nueva York
Las organizaciones de la sociedad civil de América Latina y el Caribe, Movimiento Ciudadano frente al Cambio Climático (Mocicc), Movimiento Católico Mundial por el Clima y el Grupo de Financiamiento Climático para Latinoamérica y el Caribe (GFLAC) se han pronunciado enérgicamente para que los jefes de Estado y sus representantes que lleguen a Nueva York a firmar el Acuerdo de París lo hagan con determinación.
En París, 184 de los 196 países presentaron sus compromisos con sus reducciones de gases efecto invernadero (GEI), pero los mismos aún no alcanzan la brecha de reducción que permite estabilizar la temperatura por debajo de 2° C respecto de la era preindustrial y evitar su incremento por encima de 1.5° C, para que sigamos vivos en el planeta Tierra. ¿Qué nos dice esto? Que si la ambición de reducción no es más grande, nos veremos en una crisis planetaria en breves años.
Por ello, cada país ahora debe continuar con la ratificación del Acuerdo en sus congresos legislativos y/o nacionales y aumentar su ambición de reducción. Siendo la transición energética una prioridad, debemos abandonar el uso de combustibles fósiles poco a poco, e impulsar la energía renovable y mejorar el transporte urbano, para que sea más eficiente. Sin embargo, además, cada país tendrá que exigir el uso de fertilizantes más eficientes, de lenta liberación y pastos mejorados para el ganado.
Me da la impresión que de los jefes de Estado y representantes de todo el mundo que llegarán a Nueva York, solo unos cuantos entienden la seriedad de los compromisos que están adoptando. Siendo Guatemala uno de los 4 países más vulnerables al cambio climático en el planeta, nuestro presidente Jimmy Morales debe de estar preparado, ya que el Estado de Guatemala tendrá que reportar los resultados de su reducción cada 5 años, so pena de ser sancionada.
En primera instancia, Guatemala se ha comprometido a implementar efectivamente sus contribuciones nacionales (INDC) reduciendo sus emisiones de gases efecto invernadero (GEI) a un 11.2%, por lo que tendrá que cambiar la matriz energética para favorecer las energías renovables y buscar llegar del 55% al 80% de estas fuentes para el 2030. Su contribución condicionada aumenta a 22.6% si llega un financiamiento adicional, por lo que podría reducir 41.66 millones de toneladas de CO2. En todo caso, pueden ayudar los programas de incentivos forestales del Inab y ProBosque para combatir la deforestación y promover la reforestación.
Guatemala, por ser un país particularmente vulnerable, prioriza en su contribución nacional la salud humana, zonas marino-costeras, agricultura, ganadería y seguridad alimentaria, recursos forestales/ecosistemas y áreas protegidas, infraestructura, cuencas hidrográficas y recursos hídricos, y gestión integral de reducción de vulnerabilidad a desastres. ¿Está el Gobierno preparado para cumplir con esto?
Jimmy tiene ahora otro nuevo reto en su tapete. Es su oportunidad de competir por el fondo de US$100 millones anuales existentes; pero solo lo logrará si tiene planes definidos y en operación, pues la competencia es grande. Sin embargo, puede, además, crear un fondo nacional de cambio climático con mecanismos efectivos de coordinación nacional entre pueblos indígenas, juventud, ONG privadas, instituciones públicas, turismo, mujeres, academia y organizaciones religiosas. Se insta a la sociedad civil guatemalteca a sumar esfuerzos conjuntos y asegurarnos un futuro saludable para nuestros pueblos. ¡Bonita forma de celebrar el Día Mundial de la Tierra! www.tropicalrainforest.org
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