Un guión

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Se forma un gobierno del desorden y el entreguismo de los recursos.

Las guerras de perros han sido exitosas en Libia y Túnez. Su suerte es dudosa en Siria. En Egipto, por el contrario, resultó un fiasco, cuando las corrientes nacionalistas recuperaron el gobierno que había caído en manos de un partido religioso patrocinado por Al Qaeda y Arabia Saudita.

No obstante, se propician nuevas guerras. Con horror asistimos a una, en Ucrania. Esa nación que formó parte de la Unión Soviética, actualmente es rehén de manifestaciones, donde el lanzamiento de bombas molotov es lo menos; mientras, el uso creciente de armas de fuego contra la policía es una constante. Se llamó a elecciones anticipadas, pero se ignora el desenlace. Lo cierto: destruyeron la unidad de una nación. Mientras tanto, la imposición de sanciones de EE. UU. contra 20 funcionarios. Las amenazas de la UE contra el gobierno, etc. es el grito de ¡Havoc! requerido para declarar la guerra de perros.

Hay que fijarse en Siria. Al inicio se mencionaba que los antigubernamentales eran “pacíficos”. Al rato, que habían combates llevados por esos calmados opositores. Finalmente, que se enfrentaban dos ejércitos. ¡Se desvaneció el bando pacífico y manifestante! Por el momento, el presidente Al Asad no ha cedido y parece que no será tan fácil asesinarlo como se hizo con El Gadafi. Pero, la presión continúa, así como la acción de los perros de guerra.

Lo novedoso: el aparecimiento de esa guerra en América Latina. Primero, la “oposición pacífica” propagandizada a nivel internacional. Segundo, las manifestaciones agresivas. Tercero, la provocación que produce muertes. Siguen las bandas armadas que agreden a las fuerzas del orden. Luego, la advertencia de EE. UU. que bombardeará las instalaciones de militares si se continúa “masacrando al pueblo”. Se divide el ejército del país. Para, después, negociar una salida donde se establece un régimen títere que entrega la riqueza nacional, inmerso en interminables disputas por el control político e imposibilitado de restaurar el estado de Derecho.

La película sobre este modelo de intervención se rodó en Belice, The Dogs of War, basada en la novela del mismo nombre de Frederick Forsyth, que trata sobre la eliminación del presidente de una supuesta Zangaro. El guión se repite una y otra vez.

¡Atención! hasta este momento, no se mencionó que en América Latina se trataba de Venezuela. Y, usted: ya lo sabía.

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ESCRITO POR:

Antonio Mosquera Aguilar

Doctor en Dinámica Humana por la Universidad Mariano Gálvez. Asesor jurídico de los refugiados guatemaltecos en México durante el enfrentamiento armado. Profesor de Universidad Regional y Universidad Galileo.