SI ME PERMITE
Hay que saber abrir camino
“A la manera que el río hace sus propias riberas, así toda idea legítima hace sus propios caminos y conductos”. Ralph Waldo Emerson
Hay momentos en la vida donde uno tiene que detenerse y preguntar por qué camino tiene puede llegar al destino deseado. Pero también es una realidad innegable cuando estamos decididos a buscar nuevos horizontes y tener alcances personales, lo que menos tenemos que hacer es preguntar y mucho menos describir lo que pretendemos si no queremos que otros recorran nuestro camino y lleguen al destino que nosotros queríamos llegar.
Cada humano que llega a este mundo tiene su propia personalidad y su propio modo de ver las cosas, por ello no se puede usar el sendero que otros han usado y por ello son conocidos por muchos. En estos casos se debe aceptar que uno va abriendo camino y sin lugar a dudas otros lo usarán y muchos se podrán beneficiar del mismo.
Cada cosa que vemos y usamos con toda la admiración del caso alguien lo hizo por primera vez y no sería extraño que fue criticado y muy posiblemente ridiculizado, pero sin poner el oído a los demás siguieron adelante. Pero hoy se usa y se disfruta porque alguien tuvo la disposición de abrir el camino para que otros puedan seguirlo.
Una ilustración fácil de entender es aquella que entre dos amigos viajando a un destino uno hace la pregunta de cómo piensa llegar al destino. La otra parte le pide permiso para indicarle otra alternativa. La primera persona le muestra una extrañeza, pensado que usa el mejor camino, pero cuando acepta ser dirigido, no solo lo felicita sino que llega a ser el modo como transitará en el futuro. Seguramente que cada vez que hace el viaje tiene presente a su amigo que le mostró otro modo de llegar, y no sería extraño que el camino que usa lo nomine con el nombre de su amigo. Para sí tiene un nombre propio ese camino.
Otras expresiones vivenciales que tenemos son cuando citamos algo, la frase se inicia “como decía…” y agregamos el nombre de la persona, o fulano me enseñó este camino que es mejor; y la frase yo compro mis cosas en tal lugar, donde mi amiga o amigo me llevó.
Podemos pensar en lugares donde frecuentamos para comer algo, y lo asociamos con la persona que nos invitó por primera vez, y nosotros hemos llegado a ser clientes más frecuentes que la persona que nos invitó.
Claro está que es mucho más fácil en la vida ser seguidores, hacer lo que otros han hecho en algún momento, esto no está mal, pero hay un reto mucho mayor y es que nosotros seamos los que iniciamos algo para que otros puedan copiarlo y hacerlo después.
Lo anterior es mucho más trascendental si en el círculo que estamos somos mayores o bien somos los que tenemos mayor responsabilidad o autoridad debemos entender que los que nos rodean esperan no solamente que repitamos la historia de nuestros antepasados, sino también abramos camino para que en la realidad de hoy, con sus diferentes desafíos, podamos hacer la diferencia.
Lo más habitual es escuchar frases como: “¿Por qué no hacen algo?”. A lo mejor deberíamos preguntarnos por qué no hago algo para que esto cambie, y les aseguro que los pasos que tomaría para ello sería simplemente abrir camino para otros. Y no para tener crédito, sino para cambiar y que las cosas estén mejor. No esperemos ser invitados para ello, sino que la iniciativa que tenemos dentro sea la fuerza que nos lleve a cambiar el medio en el que nos movemos.
samuel.berberian@gmail.com