La herencia colonial de la Historia de Guatemala
Recientemente conocí a valerosos miembros de la Asociación para Justicia y Reconciliación (AJR), querellante, al igual que la institución Centro para la Acción Legal en Derechos Humanos (CALDH), de los casos por genocidio interpuestos en el sistema de justicia guatemalteco contra los altos mandos militares de Lucas García y Ríos Montt. Aunque no conversamos largamente, hablamos de la necesidad de darle amplio apoyo inmediato y asesoría legal imprescindible a la valiente Dra. Francisca Gómez Grijalva, quien por expresar públicamente su rechazo a una fábrica que no tiene nada de progreso para la comunidad de San Juan Sacatepéquez tiene planteada una demanda civil de Cementos Progreso.
Como escribió Mariátegui, el neocolonialismo en la agricultura, bajo un régimen y una técnica capitalistas, no está regido por ningún criterio de economía nacional, sino en interés de comerciantes inescrupulosos. El Estado de los poderosos no se interesa por la agricultura de subsistencia para la población campesina autóctona ni le importa que se muera de hambre. Al robársele sus territorios ancestrales, ya desde el siglo XIX el carácter de la propiedad agraria se convirtió en uno de los más grandes obstáculos para el propio desarrollo del capitalismo nacional. Esto no lo comprendieron los comunistas infiltrados en el gobierno nacionalista de Jacobo Árbenz, derrumbado por el golpe militar orquestado por la United Fruit Company y la CIA bajo el control de los hermanos John Foster y Allan Dulles.
Mariátegui señaló que España era en 1500 una nación rezagada en el desarrollo capitalista, que trajo a la invasión y colonización de América su espíritu medieval. El español fue un “conquistador”, no un verdadero colonizador. Además de enviarnos “conquistadores”, mandóúnicamente virreyes y burócratas, clérigos y leguleyos. De ahí que España haya experimentado en el siglo XIX su revolución burguesa en América. Sus liberales y burgueses se organizaron ampliamente en las colonias y no en la Península. De ese proceso histórico revolucionario se aprovecharon los nacientes países, en los cuales los elementos de esa clase liberal y burguesa eran más dinámicos.
He escrito en otra parte que los sociólogos históricos, politólogos históricos y novelistas históricos solo han puesto de manifiesto que las llamadas ciencias sociales y la literatura no pueden sustituir a la Historia, especialmente si los autores son complacientes con alguna de las partes implicadas, generalmente la suya propia. Como tarea debe darse explicaciones histórico-científicas con conceptos tan rotundos como “campesinado”, “revolución agraria”, “oligarquía” y “lucha de clases”.