Historia y colisión en Guatemala

Thomas y Marjorie Melville escribieron en 1971 el revelador libro Guatemala, ¿Another Vietnam? (Penguin Books, London), traducido como Tierra y Poder en Guatemala (San José, Educa: 1975), dedicado “A los Mayas de Guatemala, especialmente a Francisco, Santos y Julián, y demás campesinos sin tierra en todo el Tercer Mundo”. Thomas y Marjorie residieron en Guatemala de 1957 y 1954, respectivamente, hasta 1967. Él como párroco y organizando cooperativas campesinas en Petén. Marjorie fue monja y catedrática de sociología en la Ciudad de Guatemala. Su activismo social los condujo a su unión matrimonial y a escribir sobre el tema de la propiedad de la tierra y el poder de la oligarquía guatemalteca. Sus capítulos, que pueden llamarse radiografía histórica de Guatemala, deben ser lectura obligatoria, por su contenido y gran actualidad.

Los Melville comprendían que para los indígenas de Guatemala la propiedad de la tierra es el elemento más importante de su modo de vida histórico, ya que además de su autogestión económica-productiva y administrativa, incluye factores políticos, religiosos y familiares. “El progreso económico y social de Guatemala depende de esto”. De ahí que los diversos capítulos tengan los siguientes títulos: 1. Un mundo dividido; 2. Un doloroso lamento; 3. Idealista y soñador; 4. Una de dos maneras; 5. Dulce fuego, pequeño y solo; 6. Miseria en nombre de la libertad; 7. ¿Piedras en lugar de pan?; 8. Una edad corrupta; 9. Una sociedad desorganizada; 10. Una Constitución del peor tipo posible; 11. Un gobierno aristocrático; 12. Una momentánea unidad obligada; 13. Un intento superficial; 14. En virtud de la riqueza; 15. Meras buenas intenciones; 16. Al pie de la pared; y 17. Oportunidad para la gloria.

En su epílogo, dicen los autores que se abstienen de predecir el futuro de Guatemala. Escriben que los hechos son elocuentes, ya que los conflictos producidos por el orden social imperante, demuestran que las instituciones del Estado van directo a una “colisión con la Historia”. Según ellos, la política exterior de EE. UU. solo agudiza la muerte y destrucción en Guatemala. Los autores reconocen su obligación de colaborar con el campesinado, donde tienen muchos amigos personales, que esperan no ver incluidos en los numerosos “recuentos de cadáveres” del Pentágono.

Afirman que los norteamericanos han estado ya “demasiado tiempo al lado de los opresores”. “Debemos comprender que incluso la ayuda más reducida a la oligarquía guatemalteca, para que pueda mantener su control deshumanizado y deshumanizante sobre las masas populares, es una burla a nuestra propia herencia moral expresada en la Declaración de Independencia y en nuestra Constitución. Los resultados del derrocamiento del Gobierno de Jacobo Arbenz patrocinado por la CIA, en 1954, no son únicamente historia: son la herencia diaria de los desposeídos de Guatemala”.

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