PLUMA INVITADA

Hospitales en crisis

Gustavo Gini

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La mayoría de contaminaciones intrahospitalarias son consecuencia de no contar con material antiséptico y de protección en el manejo de pacientes en las áreas de cuidado intensivo, las pediatrías y las salas de procedimientos de cirugía. Varios son los sistemas transmisores de contagio adentro de un nosocomio. Estos pueden ser el agua, los alimentos y las personas. Considerando al hombre el ente más diseminador a través de sus secreciones y el contacto con las personas enfermas, que lo convierten en un vehículo totalmente equipado de microbios.

El cuerpo humano alberga un sinnúmero de bacterias que están controladas por la piel y las secreciones de las diversas mucosas, pero cuando estas barreras naturales se rompen llega la invasión peligrosa hacia otros sitios sin protección alguna. Para entender mejor lo anteriormente expuesto, doy el siguiente ejemplo: Cuando la piel es perforada por objetos punzocortantes o instrumentos en los procedimientos quirúrgicos, sobreviene una intrusión infecciosa por gérmenes como los estafilococos y estreptococos que normalmente viven en la piel sin ser nocivos; sin embargo, por estar en el torrente circulatorio pueden llegar a distintos órganos o tejidos, causando contagios que ponen en compromiso la vida del paciente.

Por otro lado, la boca y la nariz constituyen fuentes de microbios como los estafilococos y estreptococos. El manejo de equipo y pacientes con las manos desnudas del personal médico y paramédico permite la transmisión de gérmenes de origen fecal y otras, como la Escherichia coli, Klebsiella pneumoniae y la Salmonella, importantes en el área pediátrica, así como bacterias no fermentadoras como la Pseudomonas aeruginosa. Por lo tanto, no contar con mascarillas, guantes desechables y material descartable de alta calidad, antisépticos y desinfectantes, hace que el hospital sea de alto riesgo para adquirir contaminaciones. Además, la falta de antibióticos y reactivos de laboratorio para conocer las cepas que están causando las infecciones hace más comprometida la vida de los pacientes.

Por tal razón, deberán realizarse cultivos con medios específicos y de alta tecnología para identificar la o las bacterias presentes en dicha contaminación, que incluyen hemocultivos, cultivos de antisépticos, cultivos de heridas operatorias, etc. Existen cepas nosocomiales muy importantes como Pseudomonas spp., Acinetobacter spp, Candida spp. y Aspergillus spp.; pero, en mi opinión, existen otras cepas no esclarecidas que no han sido identificadas apropiadamente con métodos modernos, automatizados y de alta tecnología. Aún más, los estudios y las vigilancias epidemiológicas en ciertos hospitales no existen, por ello no podemos prevenir muchos incidentes de infecciones nosocomiales.

Finalmente, quiero revelar que el uso adecuado de las pruebas para la susceptibilidad y resistencia de los antibióticos es transcendental efectuarla con métodos que midan la adquisición de mecanismos de resistencia de las bacterias, a través de sus genotipos frecuentes y salvajes. Esto, a consecuencia de las microorganismos presentes en los hospitales, que son altamente resistentes a los antibióticos, por sobrevivir en un ambiente donde los medicamentos están presentes todo el tiempo.

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