Hay algo que es imperdonable

Humberto Preti

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 Todos aquellos que por sus ideologías secuestraron, asesinaron, destrozaron infraestructura y cometieron toda serie de vejámenes no violaron los esos derechos, entonces vaya usted a saber qué fue lo que violaron.

El presidente Álvaro Colon se dio a la tarea de ofrecer perdón en nombre del Estado, o sea de todos los guatemaltecos a los que él representa, en primer lugar al expresidente Jacobo Árbenz Guzmán, por el hecho de haber sido derrocado, por aquella época el presidente Colom andaría dando sus primeros pasos, no tuvo nada que ver con aquella iniciativa para librarnos de caer en una dictadura, que como sabemos, nunca sería del proletariado, sino de un grupo élite afín a las ideas del depuesto gobernante. Por supuesto la familia Árbenz recibió el perdón, pero no pidió perdón por los despojos de que fuimos objeto tantas familias en ese gobierno, ni pidieron perdón a todos aquellos torturados y asesinados por los jefes de sus organismos represivos como lo fueron Cruz Wer y Rosemberg, como yo estaba en pañales en esa época no sé si era uno jefe de la Judicial y el otro de la Policía, o viceversa. Por supuesto, en todos estos casos nunca se hablará de resarcimiento a todos lo que fuimos afectados por aquel gobierno que era, para algunos que no habían nacido, “la primavera democrática”. ¿Cuál democracia? Cuando se despojaba de sus bienes sin ninguna compensación. Por allí tengo algunos bonos de la reforma agraria. ¿Será que el Estado cumplirá su obligación de compensar lo robado? Es un compromiso de Estado, aunque el presidente Colom no sabía en esa época qué significaba la palabra Estado, tengo dudas de que actualmente comprenda su verdadero significado. Debería de pedir perdón a todos aquellos a quien el Estado no honró con su compromiso de pagar esos bonos o los debería de pagar.

Ahora pide perdón por la matanza de Dos Erres, lo cual considero que está dentro de una parte de su demagogia populachera. Si hablamos de perdón debería de haber miles de perdones de pendientes no solo de parte del Estado y los que no habían nacido, deberían dejar de seguir haciendo apología del delito, apoyando aquellas acciones que salieron del ámbito del conflicto armado.

El principal perdón que se le tiene que pedir al pueblo de Guatemala es por el incumplimiento de las tareas que el Gobierno tiene que hacer como parte de su mandato, se le tiene que pedir perdón a todos los deudos de miles de asesinados y asesinadas, por no haber prestado la seguridad necesaria, lo que es una de las primarias obligaciones del Estado.

Se le debe de pedir perdón a millones de niños que reciben una pésima educación, si es que la reciben, perdón por haber sido los moldeadores de esperanzas truncadas, sin ningún futuro.

Se le debe de pedir perdón a los deudos de los que dejaron este mundo por desnutrición y falta de atención médica, pues la corrupción dejó desprovistas a las entidades encargadas de dar estos servicios a la población.

Debería de pedir perdón por las acciones de su excuñada y sobrinas políticas así como los de otros parientes y amigos involucrados en el despojo de los fondos públicos con su anuencia.

Por supuesto nadie del gobierno pedirá este tipo de perdón, pues sus actos fueron a sabiendas del daño que hacían, pues sus valores, están por los suelos.

El saber que se actúa dañando a los demás y en este caso a los que los eligieron es algo que es imperdonable.

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