ENCRUCIJADA

Inestabilidad permanente

Juan Alberto Fuentes Knight

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Las manifestaciones de la ines- tabilidad generada por la permanencia de Otto Pérez Molina en el poder son evidentes: un desproporcionado operativo policial para detener a las personas de San Juan Sacatepéquez que habían participado en la manifestación pacífica en el parque central, manifestaciones de maestros y empleados de salud movilizados por simpatizantes del gobierno para crear confusión, un incierto proceso judicial en torno a la inmunidad del presidente, y la constitución de una comisión en el Congreso, luego suspendida, que debía evaluar si había razones por las cuales el presidente podía considerarse corrupto y que sería encabezada por un diputado acusado de corrupción. Sumémosle la incertidumbre que rodea al proceso electoral, el descalabro tributario y tragedias como el ecocidio en el río La Pasión. ¿Es eso estabilidad?

Más importante es la inestabilidad a largo plazo que está generando la incapacidad de aquellos con más poder para responder al desafío histórico que ahora se manifiesta con tanta crudeza. Un Tribunal Supremo Electoral que goza de amplio respaldo, ahora amenaza con proponer reformas que ya no se aplicarían a las elecciones celebradas este año sino a otras elecciones futuras. Un sector privado que ha sido cómplice de la corrupción debido a su corresponsabilidad en el gobierno actual y en gobiernos pasados, como lo demuestra la continua presencia de sus ministros en estos gobiernos, no se atreve a romper con su lamentable historia y a abrir un espacio para que toda la sociedad, incluyéndolos a ellos, pueda salir adelante. Una nerviosa clase política, acostumbrada a robar y a ejercer el poder sin ningún escrúpulo, se atrinchera en sus posiciones con la secreta esperanza de que la ola de indignación no dure demasiado, al tiempo que mantiene su estrategia clientelar —entrega de regalos a los más pobres— para ganar votos. Una embajada nublada por su temor al narcotráfico, a migrantes y a los ejemplos de Egipto y Honduras le tiene terror a nuestra primavera. Y dirigentes gremiales cooptados por el actual gobierno traicionan los principios por los que dieron la vida antiguos dirigentes populares desde tiempos inmemoriales.

Frente a la irresponsabilidad histórica de los más poderosos no queda más que acudir a la organización ciudadana y a la protesta. Dicen que no hay propuestas, pero abundan. Dicen que domina la izquierda o que el sector privado puede apropiarse del proceso, pero es falso. Lo ejemplifica el debate sobre la Ley Electoral y de Partidos Políticos. Las propuestas sobre el financiamiento de los partidos, por ejemplo, van desde los que quieren que todo se financie con recursos públicos hasta los que quieren que solo sea privado, pasando por los que favorecen un financiamiento mixto. No hay una posición común porque Guatemala no es homogénea, y nunca lo será. Debemos hacer funcionar nuestro régimen democrático: tenemos que permitir que se reflejen todas estas posiciones pero la clase política actual no lo puede hacer. Hay que desplazarla del poder. Surgirá más evidencia de su corrupción. Preparémonos para una larga lucha que no hace sino comenzar.

fuentesknight@yahoo.com

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