ECLIPSE

Intereses disímiles

Ileana Alamilla

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El Presidente está prácticamente con respiración artificial, no toma decisiones que muestren que tiene el control, no asume el liderazgo, ni siquiera tiene capacidad reactiva, lo que es explicable ante las revelaciones de corrupción de cercanos colaboradores; lamentablemente no ha sido capaz de dar respuestas contundentes a los señalamientos que se le hacen y solo está esperando que pase el temporal, que se complica a diario.

Los diputados favorecidos con la suerte de la tómbola que deben analizar si se le debe quitar el privilegio del antejuicio, están en la mira de la población. Los demás también, porque este Congreso, como varios de los anteriores, se ha caracterizado por priorizar sus negocios e impulsar agendas que no responden a las necesidades del país, por supuesto que con muy escasas excepciones.

A los diputados no les conviene ni que se retrasen las elecciones, ni que se cancele el proceso electoral, mucho menos aceptar la demanda de no reelección. Un gran número de congresistas está postulándose de nuevo. Así de perverso es lo que sucede. El Congreso es otro de los graves problemas del país, pero irónicamente por allí pasan los procesos que la ciudadanía está exigiendo, aunque sea el próximo objetivo a presionar en las manifestaciones.

La renuncia del Presidente no sería más que un paliativo a la crisis, pero no la solución. Probablemente al asumir el Vicepresidente, cuestionado por sectores de izquierda tradicional y emergente, de nuevo será desconocido por “conservador y contrarrevolucionario”, y al seleccionar al sustituto en el cargo, vendrá otro proceso de desgaste y descalificación.

Y mientras tanto, la crisis continúa. Las reformas a la Ley Electoral y otras que están siendo analizadas en las mesas convocadas por el Congreso, que también están cuestionadas por algunos sectores, encontrarán en esa nueva disputa una excusa para evitar la agilización necesaria. Y el tiempo avanza y el período electoral también.

Los cuestionamientos a distintos grupos beligerantes ya se han externado. El rector de la Universidad de San Carlos, quien convocó para conformar la Plataforma Nacional para la Reforma del Estado, integrada por más de 50 organizaciones, no solo fue señalado por carecer de autoridad moral para liderar el movimiento, pues como miembro del Consejo Superior Universitario avaló la tesis doctoral del candidato puntero en las encuestas, ante los señalamientos de haberla plagiado, sino que además está denunciado penalmente por violación a la Constitución.

Algunos manifestantes se sienten decepcionados ante el poco efecto de las movilizaciones y el aprovechamiento de grupos con intereses particulares que quieren servirse de su presencia; las mayorías esperan que alguien resuelva los problemas inveterados derivados de la pobreza y la desigualdad; y los partidos siguen en campaña, como si nada estuviera pasando.

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