LIBERAL SIN NEO
Intolerancia y barbarie
Un potente bombazo arrasó contra la multitud que se encontraba celebrando el Domingo de Pascua en el parque Gulshan-e-Iqba, en la ciudad oriental de Lahore, en Pakistán, con saldo de 72 muertos y más de 300 heridos, en su mayoría mujeres y niños. Una facción del Talibán, Jamaat-ul-Ahrar, se hizo responsable del atentado, agregando que iba dirigido contra Cristianos reunidos allí. El ataque fue perpetrado por un suicida, con una bomba cargada de bolas de metal, con el propósito de causar el máximo daño en una multitud.
Cinco días antes, en la mañana del 22 de marzo, tres bombazos coordinados ocurrieron en Bélgica, dos en el aeropuerto de Bruselas y uno en la estación del metro de Maalbek, con saldo de 35 muertos, más de 300 heridos y tres terroristas suicidas. Las bombas estaban rellenas de clavos, como esquirlas, para causar el máximo daño en una multitud. El Estado Islámico en Iraq y el Levante —ISIS o ISIL— se responsabilizó por estos actos. Cuatro meses antes, el 13 de noviembre de 2015, la ciudad de París sufrió una serie de ataques coordinados. Tres bombas suicidas estallaron afuera del Stade de France, mientras se jugaba un partido amistoso de fútbol entre Francia y Alemania, seguido de ataques en cafés, restaurantes y en un concierto de música, donde terroristas dispararon a las multitudes con fusiles de asalto. En total, tres equipos lanzaron seis ataques diferentes; tres bombas suicidas en un ataque, una cuarta bomba suicida en otro ataque y cuatro ataques con ametralladoras en cuatro puntos distintos. La cauda fue de 138 muertos, incluyendo 89 en el Teatro Bataclán donde se realizaba el concierto, y 368 heridos. Poco más de dos semanas después, el 2 de diciembre de 2015, 14 personas fueron asesinadas y 22 heridas en un ataque terrorista en San Bernardino, California.
El común denominador de estas tragedias es el fundamentalismo Islámico, que se caracteriza por la intolerancia, la barbarie, una cosmovisión con 10 siglos de atraso y un odio delirante contra occidente, el cristianismo y el Estado de Israel.
Mientras ocurrían los ataques en Bruselas, Barack Obama se encontraba en Cuba haciendo cuchi cuchi con Raúl Castro y dando apologías. El jefe de Estado cubano ni siquiera lo recibió en el aeropuerto, y a los pocos días Fidel publicó una carta con tono despectivo hacia Obama. Mientras en un canal de la televisión se veían imágenes de sangre y muerte en Bruselas, en otro se veía a Obama sonriente, con Raúl, en un partido de beisbol en La Habana, y mientras seguían contando los muertos, Obama bailaba un tango tieso en Buenos Aires. Más bombas y muertos mientras analistas y sociólogos en Bruselas, París y Los Ángeles culpan a “la sociedad”, por no hacer suficiente por integrar a los inmigrantes musulmanes, que quieren disfrutar del nivel de vida en Europa y Estados Unidos pero carecen del más mínimo deseo de integrarse. Barack Obama no cree que el fundamentalismo islámico sea una verdadera amenaza para la civilización de Occidente; le preocupa más el cambio climático y pedir perdón por los pecados de su país. Manifestantes contra el fundamentalismo islámico son tachados de extremistas y neonazis.
¿Tienen los líderes de Occidente la voluntad, coraje y fibra moral para enfrentar y erradicar esta amenaza? Estimo que Barack Obama, Hillary Clinton, Ángela Merckel y François Hollande no la tienen. No simpatizo con Donald Trump, pero creo que sus seguidores lo ven como un líder fuerte, con carácter, capaz de tomar acciones impopulares y esto explica en gran medida su éxito en las votaciones primarias.
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