Jule…
No sé bien por qué no le presté atención. Quería ser amable y sonreír, pero no le salía. Estaba desgarbado, sin arreglo.
No obstante, los consejos que recibió de tamaños personajes fueron importantes, pues le permiten pontificar sobre tesis doctorales. Fue su regalo, pero no lo recibió en Navidad como suele suceder, sino el Día de Reyes Magos, como debe ser, para un derechoso.
En su columna del martes pasado, Trujillo también condena e ilustra la manera de hacer tesis de grado. La tesis del Dr. Baldizón —afirma Trujillo— debía haber tenido hipótesis, hipótesis alternativa e hipótesis nula, tesis, variables, indicadores, experimento y resultado. No las tiene, no vale.
Trujillo, lo mismo que el mono del anís, sostiene un cartel que dice: la ciencia lo dijo, y yo no miento. Para que no se diga que hay plagio, cito que aparece en la etiqueta del anisado refinado, marca Anís del Mono, hecho en Badalona, donde Joan Manuel Serrat canta que se encuentra: “ese puente, esa carretera general, y ese perro muerto en la cuneta ”. Confróntese la canción Que bonito es Badalona de autor antecitado, nuevamente para que no haya omisión de autor, y se me acuse de plagio, lo cito. Discúlpese la reiteración.
Lo más terrible. La sentencia condenatoria al averno: he perdido el respeto académico. ¡Qué bueno, que lloraremos juntos con el Dr. Baldizón! Él por haber dejado que utilizaran en demasía la tecla ‘suprimir’ —delete en los teclados en inglés— y mi persona por elogiar el panfleto, como afirma Trujillo. Imaginen, lectores, propuse el otorgamiento del Premio Príncipe de Asturias y de ganancia el Nobel para el Dr. Baldizón.
Para que ande por allí con rabia, le comunico que insistí en la inclusión de un capítulo sobre el CAME, ese engendro comunista. La primera versión de la tesis era amplia y documentada, con todas las citas, buscaba demostrar todos los aspectos de un mercado controlado para contrastarlo con el libre que pregonan los TLC. El capítulo fue borrado, de la misma manera que algún pie de página que ahora se protesta. En efecto, no fueron dos teclas Copy y Paste, sino solo una, la causante del escándalo: Delete.
Un yerro del tutor por la premura en la graduación, ahora se me endilga como asesor. Mejor fuera, entrevistara a los duendes y a Santa en el canal antigüeño. Y dejara las cosas serias para los que saben.
Jo jo jo, dice Santa. La insidia la provocó el Grinch. La majadería se yergue sola.
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