Juzgue usted
“Para que cuando robes no te sientas mal”. “Así no piensas”. “A veces se te acusa de tomar drogas cuando en realidad no lo haces, de manera que acabas tomándolas”.
“Si provienes de un hogar disfuncional, pobre, viviendo de la asistencia del Gobierno, el baile es todo lo que tienes. Y no te das cuenta, sino hasta que llegas a los 30 años y te dices: ‘Me siento tan bien de haber tenido este baile, porque, si no, es probable que hubiera asesinado a alguien o estuviera muerto””. (Crazy Legs, creador del Hip Hop) (elperiódico, 2008, reportaje de Carlos Rigalt).
Marcos Camacho, un supuesto dirigente de la organización criminal PCC de Sao Pablo, declaro: “Yo soy una señal de estos tiempos. Yo era pobre e invisible. Ustedes nunca me miraron durante décadas y antiguamente era fácil resolver el problema de la miseria. El diagnóstico era obvio: migración rural, desnivel de renta, algunos asentamientos en discretas periferias; la solución nunca aparecía ¿Qué hicieron? Nada. ¿El Gobierno Federal alguna vez reservó algún presupuesto para nosotros? Nosotros solo éramos noticia en los derrumbes en las montañas o en la música romántica sobre “la belleza de esas montañas al amanecer”, “esas cosas ”. Aunque pudo haber sido mediáticamente sobredimensionada, el mensaje de esta entrevista publicada por el diario O Globo de Brasil es relevante y llama a la reflexión.
“Cada año llegan más de mil reos nuevos a los 22 centros de detención, lo que genera que las cárceles reporten una sobrepoblación del 98 por ciento en todo el país. En promedio, 700 se encuentran en prisión preventiva, los restantes cumplen condenas” (elperiódico, Nov. 2011). Mientras más pobre eras y más problemas tenías, más creativo te volvías. El baile a su vez significaba la oportunidad de hacer las cosas que soñábamos: viajar, tener un oficio y conocer chicas” (Crazy Legs) ibid.
“Cualquier intento de reducir la violencia juvenil debe incluir un esfuerzo sistemático para mejorar el ambiente familiar. En particular de los niños y adolescentes, y especialmente involucrar a los padres en los asuntos de sus hijos. Además deben fortalecerse políticas diseñadas para limitar el acceso de armas a jóvenes. No puedo pensar en otra estrategia más importante que la que promueva relaciones familiares sanas entre padres, madres e hijos” (Dr. Laurence Steinbergh, Estudio sobre violencia Juvenil, EUA, 2000).
En Guatemala se gasta medio millón de quetzales al día en reclusos. ¿Qué tal construir una sociedad en la que se invierta más en la prevención del delito en lugar de gastar en sus consecuencias? Juzgue usted.
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