SI ME PERMITE

La educación pide una disciplina constante

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“Por cada esfuerzo disciplinado, siempre hay múltiples recompensas”. Jim Rohn

Cuando hablamos de educación no nos debemos limitar a la formación formal que recibimos en alguna institución o en algún programa, debemos recordar que la educación informal o no formal tiene tanta importancia como la otra.

Y no debemos sustituir la una por la otra, sino que cada una tiene su lugar y tiempo.

Muchos empiezan estudiando algo y lo dejan a medias simplemente porque pierden interés o porque consideran que no vale la pena.

Debemos entender que cuando estudiamos algo y lo hacemos parte nuestra, en un momento u otro resulta como una herramienta que puede no solo ser una ayuda para nosotros, sino también para los que están con nosotros. Esto es válido tanto si es un idioma o un oficio, como lo puede ser alguna destreza que desarrollamos en una manera disciplinada.

No es extraño que en un dado caso, cuando hay una necesidad y alguien sabe cómo suplirla, lo miran con extrañeza porque nunca había destacado la capacidad. La vida no está hecha para que uno esté exhibiendo capacidades, sino funcionar para llenar necesidades.

Esto, cuando se tiene claro, hace entender que la disciplina que se aplicó para el aprendizaje fue una inversión gratificante.

Una ilustración que nos puede ayudar esto es cuando alguien tiene la oportunidad de participar en un juego de pelota. Se integra al grupo y cuando tiene la oportunidad de patear el balón logra ponerlo donde tenía en mente.

Sería muy simplista pensar que es simplemente así, lo correcto es averiguar cuánto tiempo ha dedicado al juego y en qué manera ha desarrollado esa capacidad, y sin lugar a duda lo que habrá de destacarse es el elemento de la disciplina. Esto puede ser verdad en cualquier actividad en la que nos involucramos.

Sin lugar a duda sería un atropello pensar de un estudiante que obtiene calificaciones sobresalientes que esto ha sido una suerte.

Claro, puedo averiguar la modalidad de su estudio y su tiempo y dedicación que ocupa en sus estudios, y concluir que todo los sacrificios han valido, por lo gratificante del rendimiento de sus estudios. Y no solamente por el hecho de estudiar, sino el resto de su vida el principio será válido para alcanzar las metas que se proponga.

Tristemente, en nuestro medio poco se estimula la disciplina, más reconocen a los que por atajos evitan tener que a los que sufren el esfuerzo para alcanzar lo que se proponen.

Lamentablemente, en la vida lo que nos ayudará para hacer la diferencia no solo son las oportunidades que se nos presentan, sino también la disciplina que hemos desarrollado para que cuando alguna oportunidad se presente podamos asumirla y no quedar en el simple arranque, sino llegar más allá de lo que nosotros pensamos que podríamos hacer.

Si queremos que nuestra Guatemala se destaque por guatemaltecos que tienen la necesaria disciplina para alcanzar lo que creen inalcanzable, debemos iniciar desde el proceso de la educación.

Por supuesto, primeramente la educación del hogar, y luego la que se recibe en cada una de las instituciones que nos pueden formar para las tareas que debemos realizar.

El lugar que Guatemala ocupa en nuestro mundo se debe en mucho a lo que usted y yo hemos alcanzado.

No esperemos que otros hagan lo que usted y yo debemos hacer, de tal manera que inquiete al resto de los nuestros para que ellos también lo hagan.

 samuel.berberian@gmail.com

ESCRITO POR:

Samuel Berberián

Doctor en Religiones de la Newport University, California. Fundador del Instituto Federico Crowe. Presidente de Fundación Doulos. Fue decano de la Facultad de Teología de las universidades Mariano Gálvez y Panamericana.

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