DE MIS NOTAS

La guayaba y las nuevas bancadas

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El Congreso ha sido la guayaba de no pocos inescrupulosos diputados que en esta legislatura y en las pasadas han dejado una huella devastadora de frutos podridos y daños colaterales. Lamentable que en la próxima legislación aún lograron colarse una buena parte de ellos para seguir haciendo de su investidura jalea rococó. En la receta politiquera de mi tía, la “jalea rococó” es un receta que consiste en inmovilizar la guayaba casi al nivel de pudrimiento y luego con saña, aplastarla con todo y pepita hasta dejar una masa uniforme manejable y “untable” para utilizarla para el consumo común de los que la controlan. Esta receta no funciona sin las condiciones ambientales idóneas. Por ejemplo, requiere aire enrarecido, ambiente prostituido y esporádicos toques teatrales estridentes. También es indispensable la cooperación por inercia de las bancadas lentas y torpes en ponerse de acuerdo. Gente con buenas ideas, que dice estar dispuesta a defender la guayaba y el bien común, pero novatos en poder ganarse una participación sana en la guayaba y el liderazgo mediático de la agenda legislativa.

A estos quiero referirme ahora que preparan sus bártulos para trasladarse al Congreso, el 14 a las 14.

1. Aprendan a unirse en los grandes temas y no se pierdan en las nimiedades secundarias, las cuales de seguro abundarán. Definan una agenda común prioritaria y luchen por ella. Por supuesto que tendrán sus propias iniciativas y agendas partidarias, pero no se pierdan en los 3 o 4 grandes temas determinantes y trascendentes que ocuparan la atención legislativa. 2. Aprendan a capitalizar el poder político que les ha otorgado el pueblo. Es un respaldo que, operado sabia y astutamente, potencializará su posición legislativa. Las cosas han cambiado. El pueblo estará respirándoles en la nuca a todos los que osen manosear la teta pública de una manera impúdica. Conviértanse en guardianes de ese mandato venido del pueblo mismo y exploten ese respaldo haciendo visibles los desmanes y los chanchullos cuando estos florezcan. 3. En la próxima legislatura, la estrategia comunicacional será determinante para poner en la palestra pública los temas y la discusión de la agenda legislativa. Utilicen el favor que ya tienen de los medios de comunicación. Les darán prioridad y primeras planas, especialmente si son señalamientos de corrupción y temas trascendentes. Aprendan a manejar conferencias de prensa, boletines de prensa y la difusión de documentos importantes. Organicen desayunos con columnistas, directores de medios y reporteros especializados. Expliquen sus posiciones, distribuyan información, mantengan informados a todos en forma regular. 4. Eviten el síndrome de las “primas donnas”, llevando a cabo las conferencias con un representante de cada bancada y turnándose en forma rotativa la vocería del grupo. 5. Ya que tienen los fondos para la contratación de asesores técnicos, formen un equipo común de alta capacidad técnica con competencias diversas para la evaluación de leyes, proyectos, presupuestos, etc. Sometan a terceros expertos esas evaluaciones, para validar el rigor técnico de las mismas. 6. Seleccionen y nombren al mejor operador político del grupo y permítanle hacer su trabajo. Las negociaciones requieren de flexibilidad y posiciones realistas políticas. Que no se pierdan las oportunidades de participar en las comisiones de trabajo legislativas más importantes. Hay que estar presente y eso no se logra sino por los cabildeos de un buen operador político con experiencia.

En síntesis: Un Congreso gacho ha sido la maldición recurrente. Esta vez a garrote limpio tiene que cambiar.

ESCRITO POR:

Alfred Kaltschmitt

Licenciado en Periodismo, Ph.D. en Investigación Social. Ha sido columnista de Prensa Libre por 28 años. Ha dirigido varios medios radiales y televisivos. Decano fundador de la Universidad Panamericana.