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La paradoja de los Morales
Dos noticias llamaban la atención esta semana, se referían a los eventos que ocurrieron en la vida de dos niños guatemaltecos, que aunque no son familiares entre sí, casualmente ambos llevan el apellido Morales.
Los acontecimientos paralelos que vivieron cada uno de estos niños son para reflexionar sobre la realidad de nuestro país, donde se vive en dos mundos diametralmente diferentes. Indiscutiblemente hay dos Guatemalas, separadas por un abismo de injusticias.
Dos vidas que se entrelazan, porque uno de estos pequeños es nada menos que el hijo del presidente de Guatemala. José Manuel Morales, viviendo un mundo de fantasía y halagos, cuando según las noticias viajó en un jet privado a Estados Unidos para presenciar el juego de la Selección Nacional de Futbol. Aunque el vocero presidencial asegura que los gastos del viaje fueron cubiertos por un empresario, es inapropiado que el presidente esté aceptando regalos e invitaciones tan costosas que lo comprometen. Situaciones como esta tienen un solo nombre, “corrupción”. Por eso en países avanzados se les exige a los funcionarios públicos informar de cualquier regalo dentro de los tres días siguientes a su recepción. Y si el monto excede a cierta cantidad, que por cierto no es muy elevada, el regalo pasa a ser propiedad del Estado.
Mientras tanto y simultáneamente al otro lado de la ciudad, se ilustraba la verdadera realidad de la mayoría de la población, cuando un bebé de once meses, Maycol David Morales, perdió la vida en la vía pública, en los brazos de su abuela, cuando desesperadamente buscaba transporte para llevarlo al Hospital General. Este bebé padecía de desnutrición aguda y se deshidrató por diarrea y vómitos. Eran duras las imágenes del sepelio del niñito, al ver a su familia llorando desconsoladamente, sin esperanza alguna de recibir justicia.
El sistema de Salud se encuentra en ruinas y sigue cobrando la vida de miles de guatemaltecos, pero duele aún más cuando se trata de la vida de niños indefensos como Maycol, que han fallecido en nuestro país por desnutrición o falta de atención médica. Guatemala tiene el índice de desnutrición crónica más alto en Latinoamérica y El Caribe, ocupando el tercer lugar a nivel mundial, después de Afganistán y Yemen. Según cifras de Unicef, cuatro de cada 10 menores de cinco años padecen algún grado de desnutrición en el país.
Sumada a este panorama tenemos una crisis total en el sistema de salud, que está provocando la muerte de miles de guatemaltecos, por falta de medicamentos, exámenes médicos y material quirúrgico en la red hospitalaria y centros de salud. Supuestamente no hay presupuesto, pero tampoco se ve ninguna creatividad, ni voluntad política para resolver la situación.
Ya es hora de que el presidente Morales tome en serio su trabajo y resuelva el problema de salud sin pretexto alguno. Ya basta de cantinflear y que se vean los resultados de sus acciones. La población está exigiendo la renuncia del ministro de Salud porque hasta ahora el problema sigue sin resolverse, y es una situación de emergencia nacional, que no puede seguirse posponiendo un día más.
En un país donde hay extrema pobreza es necesario que el presidente Morales cuide mucho sus acciones, y la imagen que transmite a la población debe ser de austeridad, sobre todo cuando por la negligencia de su gestión se generan dramas que lastiman profundamente a los guatemaltecos y nos hacen perder la esperanza de un cambio, porque además de no hacer eficientemente su trabajo como lo prometió, está viviendo una vida de opulencia delante de un pueblo que muere en la miseria.
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