SI ME PERMITE

La paternidad es un perfil que se desarrolla

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“Si quieres estar en los recuerdos del mañana de tus hijos tienes que estar en el presente de su vida cotidiana”. Bárbara Johnson

La figura de la paternidad nace en la mente de todo hombre que es responsable, y nunca es por una simple coincidencia o casualidad. Cuando esta vivencia se hace realidad, el hombre que es consciente con todo lo que esto implica comienza con una mezcla de emociones y se va estructurando con el tiempo en alternativas que cuando se hacen realidad coronan la vida con una gratificación.

Lamentablemente, en la sociedad que nos rodea encontramos a muchos que en su modo de comportamiento reflejan la ausencia de una figura paterna, que pudiera darles una seguridad emocional y también el reflejo de un carácter labrado para poder caminar en esta vida con aplomo y serenidad.

Cuando se celebra el Día del Padre, muchos mantienen un silencio porque recuerdan más la ausencia del padre que la realidad de haberlo tenido presente. Pero también están aquellos que han tenido la figura de un padre que no solo luce, sino que ha dejado un legado sobre el cual se han edificado retos y desafíos que llegan a ser un valor agregado de la vida.

Aquellos que tienen el gran privilegio de ser padres y aceptan la responsabilidad que eso conlleva están invirtiendo en la vida de sus hijos un capital que habrá de hacer la gran diferencia para el resto de la vida.

Es importante entender que la imagen de un padre se desarrolla como un perfil, porque en cada etapa que los hijos viven, la imagen tiene cambios y ajustes para poder responder a las necesidades que tienen. Es más que claro que no es lo mismo, por ejemplo, cuando un pequeño al no poder dormir su padre lo toma en brazos y con todo cariño lo arrulla hasta que este queda dormido, pero cuando empieza a caminar tomado de la mano de su padre, solo Dios sabe qué sueño teje y que posiblemente llegarán a la realidad si tienen el acompañamiento adecuado.

Sin duda muchos adultos en momentos de dificultad o de las horas de enfrentar desafíos, tenemos momentos de reflexión de cómo sería si nuestro padre estuviera por ahí y nos acercáramos para pedir un consejo o una opinión. Pero cuando la relación ha sido sana y favorable, nada nos cuesta imaginarnos lo que nos diría o recomendaría para salir adelante.

Los que aún tienen sus niños con ellos, además de suplir sus necesidades inmediatas como todo buen padre lo hace, deben visualizar el camino que los hijos han de tomar y con una creatividad propia de padres piadosos se debe abrir el camino necesario para que cuando empiecen a transitar solos el momento, puedan silenciosamente darle el crédito debido al hombre que con una visión clara hizo la tarea que solo él pudo haberla hecho.

Si los caballeros que desempeñan el papel de padre recordaran que solo una vez lo pueden hacer y que no se puede regresar a enmendarlo y mucho menos se puede adelantar para poder tener todas las cosas bien estructuradas, cada día estarían haciendo la tarea sin esperar que nadie ocupe su lugar.

Nuestra generación, la de hoy es en muchos aspectos el trabajo que los padres hicieron, perfiles que se reflejan en estudios o en trabajos que desempeñan los hombres y mujeres de hoy. Por ello seamos responsables para que los que nos siguen mejoren y no tengamos que lamentar lo que no se enfrentó con madurez y responsabilidad.

ESCRITO POR:

Samuel Berberián

Doctor en Religiones de la Newport University, California. Fundador del Instituto Federico Crowe. Presidente de Fundación Doulos. Fue decano de la Facultad de Teología de las universidades Mariano Gálvez y Panamericana.