El sábado 13 quedó instalada la Plataforma Nacional para la Reforma del Estado (PNRE), una instancia plural e incluyente, que refleja la diversidad de Guatemala y promueve la equidad, la participación, la inclusión y la búsqueda de consensos. La Plataforma se caracteriza por ser democrática y horizontal, es un espacio para reflexionar, debatir y llegar a acuerdos sobre aquellos temas irrenunciables e imprescindibles para cambiar este país.

Hay una palabra que engloba el propósito fundamental de la Plataforma: transformación. Quienes la conformamos tenemos claro que nuestro país vive un momento y una oportunidad histórica, y estamos dispuestos a aprovecharlos. No queremos ser como el gato pardo, pensando que vamos a cambiar para que no cambie nada. Como su nombre lo dice, la Plataforma quiere reformar, transformar el Estado, trabajar para proponer y que se aprueben reformas que son urgentes e inmediatas, pero también aquellas de calado profundo.

Fue el cansancio y el hastío lo que nos movió para reunirnos e impulsar una agenda de cambio. Nos cansamos de soportar la injusticia, la corrupción, el robo de los recursos públicos, los negocios bajo la mesa. Nos cansamos de soportar la impunidad y las componendas de los políticos, nos hastiamos del descaro, de los corruptos y los corruptores.

Nos cansamos de que nos mientan, nos hastiamos de un sistema electoral y político que no responde a los intereses de las mayorías y no representa a nadie, nos cansamos de un sistema de justicia cooptado por grupos de interés, donde se dictan resoluciones a la carta. Nos cansamos de un Congreso inoperante, en donde priva el transfuguismo, el nepotismo, la opacidad. Nos cansamos de las estructuras criminales enquistadas en las instituciones y de la simbiosis cada vez más evidente entre autoridades y mafias. Por eso nos reunimos, para decir ¡Basta ya, es suficiente!

Pero además del cansancio y el hastío, nos une la esperanza, la posibilidad de construir de manera conjunta, de proponer y llegar a acuerdos. Nos motivó la fuerza de la gente en la calle, las movilizaciones —las de hoy y las de siempre— las del campo y las de la ciudad, nos movió y nos mueve #RenunciaYa, #UsacEsPueblo, #JusticiaYa y #ReformaYa. Nos inspira la fuerza de los jóvenes universitarios, que nos dieron una lección de unidad y de coraje. Y con esto, Guatemala ya ha ganado.

Pensando en una imagen para describir la Plataforma, imaginé un barrilete gigante, como los de Santiago, colorido y diverso. Un espacio común donde convergen ideas y perspectivas distintas, pero con capacidad de encontrarse, de escuchar, de llegar a acuerdos y concretarlos. Un barrilete edificado desde la diversidad, pero inclusivo, uno donde quepamos todas y todos.

Esta Plataforma se construye con los movimientos sociales y las fuerzas vivas del país; está destinada a elevarse y a volar, no para imponerse, sino para acompañar y proponer; pero también para recordarles a quienes hoy están en los tres organismos del Estado que los cambios son de fondo, que ya no tienen la sartén por el mango, que aquí manda el pueblo y tienen que escucharlo y obedecerlo.