DE MIS NOTAS

La vida de Héctor Centeno

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Eran días en que hablar de conservación sonaba más a supervivencia humana que a la defensa de la naturaleza. A pesar de que aquello fue hace casi 30 años —y Guatemala todavía conservaba buena parte de sus bosques, con su flora y su fauna relativamente intactas—, ya se evidenciaba la inminencia del peligro en el horizonte y el ingeniero Héctor Centeno Bolaños, con la intuición visionaria que lo caracterizó toda su vida, inició la defensa de la naturaleza, lucha que hasta los últimos días de su vida llevó a cabo con excelencia.

Hace unos 23 años, a raíz de una serie de columnas que había escrito sobre la conservación, Héctor me invitó a formar parte de la junta directiva de Defensores de la Naturaleza —en aquellos tiempos estrenando con orgullo— , después de promover y realizar estudios técnicos para lograr la declaración de la Sierra de las Minas como una Reserva de Biosfera con reconocimiento internacional.

Como dice la esquela de Defensores de la Naturaleza: “Se nos fue unos de los más grandes baluartes de la conservación de la biodiversidad en Guatemala. Hábil negociador, persistente luchador y, sobre todo, visionario.

Fue presidente de nuestra Junta Directiva en el momento de la Declaratoria; encaminó el proceso, lanzó los retos y la visión de la Sierra de las Minas; pero, sobre todo, la defendió a capa y espada ante las impugnaciones que se plantearon a la Corte de Constitucionalidad de aquel entonces. Sin un quetzal en la bolsa para tan tremenda responsabilidad, Héctor lideró el complejo proceso de recaudación a nivel nacional e internacional.

Contactó a los primeros voluntarios que nos vinieron a apoyar para hacer estudios científicos de las aves y mamíferos de la Sierra. Siempre nos inculcó la importancia del cuidado del agua como eje de conservación y vinculación con la población. Años después y con muchos estudios previos, implementamos el Primer Fondo de Agua de Guatemala en la Sierra de las Minas.

Después de unos años de ese tormentoso inicio en Sierra de las Minas, Héctor se fue de rector a la Universidad Del Valle. No lo perdimos. Todo lo contrario: nos atrevemos a decir que el 95% de todos los estudiantes de carreras relacionadas a recursos naturales crearon mucha de su experiencia in situ al visitar la Sierra de las Minas, con el apoyo decisivo inobjetable de los doctores Dix, Jack Schuster, César Castañeda, entre otros excelentes catedráticos. Desde la Rectoría se creó la Ingeniería Forestal, el ecoturismo y se fortalecieron las carreras relacionadas como Biología, Antropología; que tanto bien le hacen en su conjunto a la conservación de la naturaleza y su adopción por parte de la sociedad.

Héctor continuó con nosotros liderando la declaratoria de Bocas del Polochic, en esas campañas divulgativas de la importancia del Refugio de Vida Silvestre, ante miembros del Congreso de la República y luego acompañando al ingeniero Luis Felipe Mérida, en las negociaciones correspondientes ante la Presidencia de la República para aceptar la tarea de rescatar el Parque Nacional Naciones Unidas. Ambas metas gigantescas se lograron y, con la huella de perseverancia y entusiasmo de Héctor, son ejemplo de áreas de manejo y conservación.

Los altísimos niveles de relaciones, contactos y naturalmente el liderazgo y acompañamiento de Héctor Centeno, nos apoyaron a aceptar el reto de coadministrar el Parque Nacional Sierra del Lacandón desde 1999. Estamos haciendo una lucha cuesta arriba, bastante más complicada en esa área que las otras, pero con el ejemplo de Héctor, lo lograremos luchando hasta el fin.

Definitivamente los valores, la capacidad, la constancia y enseñar haciendo, es lo que como Defensores seguiremos impulsando, como lo hizo nuestro gran líder, ingeniero Héctor Centeno Bolaños”.

ESCRITO POR:

Alfred Kaltschmitt

Licenciado en Periodismo, Ph.D. en Investigación Social. Ha sido columnista de Prensa Libre por 28 años. Ha dirigido varios medios radiales y televisivos. Decano fundador de la Universidad Panamericana.