URBANISMO Y SOCIEDAD
La zona uno
Empecemos porque en Guatemala solo existen dos Centros Históricos: Tikal, prehispánico y centro urbano de la civilización maya declarado Patrimonio de la Humanidad por Unesco en 1979; y La Antigua Guatemala, que fue la tercera sede de la capital de la Capitanía General de Guatemala con más de 500 años, también declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1979. Los cambios en su arquitectura original en la Nueva Guatemala de la Asunción con los terremotos de 1917-1918, durante eso 22 años del gobierno de Estrada Cabrera destruyó su imagen colonial y cambio su arquitectura a una neoclásica, con techos de lámina. En 1985, después del terremoto de 1976, se intento crear un eje con el Centro Cívico a través de una vía peatonal por la sexta avenida, y estructurar edificios estatales y privados, rescatando la Plaza de la Constitución para revivir lo político y social, tal como últimamente hemos visto.
Sin embargo, en estos últimos 17 años, técnica y económicamente se forzó a esa burguesía que formó el Barrio del Centro a moverse junto a sus empresas a las zonas 9 y 10, y 14 y a los municipios vecinos. Por lo que el Centro dejó de ser un sitio residencial de esa burguesía original, para convertirse poco a poco en un barrio de inmigrantes rurales. La construcción se ha visto paralizada convirtiendo a muchas casas en parqueos y obviando los planes existentes con anterioridad. Esta situación ha limitado su crecimiento donde apenas hay casi 110 habitantes por hectárea. Por lo que existe tierra de sobra para crecer por lo menos a 500 habitantes por hectárea, y así desarrollar su economía estancada y mejorar el transporte de los que vienen de las periferias. El transporte, junto al agua y los drenajes, se han convertido en una de tantas asignaturas pendientes por resolver.
Esta situación ha incentivado el uso del carro, generando conflictos a toda esa población que ahora vive en las ciudades dormitorio. El transporte público ha quedado en proyectos sumergidos en unas estructuras económicas de dudosos manejos. Todo se desenvuelve en sistemas corruptos que manejan la ciudad a su libre antojo e intereses. Tenemos casos como los que viven en barrancos o en el basurero de la zona 3 que se desmorona. En estos 17 años se ha generado una pobreza urbana y con ella la emigración y la violencia. Bien podemos llegar a países como en México, que en los años 1990 varias casas fueron invadidas por inquilinos inmigrantes en busca de vivienda.
En conclusión, todo ha sido por una decisión absurda de limitar y de no tocar una serie de edificios sin contar con un plan urbano de conservación. No en el caso de la Región Metropolitana de Santiago de Chile en que el Estado se hizo cargo de las restauraciones. Esta administración de los 17 años se desocupó del Palacio Nacional, el Edificio emblemático, histórico, político y administrativo de la Ciudad. Por lo que el Centro de la Ciudad ha dejado de ser la mayor atracción “social, política, económica y cultural”, dejando de ser “Centro Histórico” (Wikipedia), y quedando como: “El Centro”, como antes.