La Arquitectura y el Urbanismo en Guatemala han estado sujetos a una contradicción permanente entre la modernización y la pauperización. O los nuevos planes urbanísticos racionalistas de la ciudad de masas a la ciudad en crisis: la rápida expansión de nuevos centros urbanos y los esfuerzos coetáneos de planificación urbana y su fracaso. O la crisis del proyecto modernizador, según los modelos metropolitanos o la des-especialización, des-centralización y la des-urbanización creando la ciudad informal o la des-estabilización. Ha sido una época en que se desarrollaron importantes ampliaciones urbanas y arquitectura de primer orden; es decir, edificios simbólicos en los que se aplicó el concepto de espacio-forma a través de plazas, incorporándose las artes plásticas a escala urbana.

La evolución urbana de la ciudad de Guatemala fue la estructuración de los estudios de arquitectura y urbanismo en la Universidad de San Carlos. Desde este punto no puede ni debe dejar de mencionarse al arquitecto Roberto Aycinena Echeverría, quien, a su regreso a Guatemala, a mediados de los años 50, propuso, desde la Sección de Urbanismo del Departamento de Ingeniería de la municipalidad capitalina, proyectos como: El Centro Cívico y Centro Cultural, Viaducto de la 24 calle, junto a los arquitectos Jorge Montes y Carlos Haussler. Más adelante se completó el plan con el proyecto del Gran Teatro Nacional.

El Proyecto del Plan Preliminar de Urbanismo de la Ciudad de Guatemala que comprende, entre otros: Plan Vial Primario —Anillo Periférico—, Diagonal de la ciudad, usando el derecho de la vía férrea, bulevar Liberación y Trébol del Guarda Viejo. Ampliación y mejora de las vías Calzada San Juan, Roosevelt y avenida Amatitlán; entronque a la ciudad de la autopista al Pacífico. Era cuando en la Municipalidad se hacían obras importantes,

A finales de la década de los años 60 regresó un grupo de ingenieros y arquitectos que habían hecho estudios de Maestría en Planificación Urbana y Regional en Perú. Entre ellos, los ingenieros Marco Antonio Cuevas del Cid y Hugo Quan Ma, creadores del Plan de Ordenamiento Metropolitano 1972-2000, dentro de la estructura administrativa de la municipalidad capitalina, y los arquitectos Hermes Marroquín y Pedro Murillo, y el arquitecto Gustavo Jacobsthal, un ferviente impulsor del trazo urbano de la autopista Atanasio Tzul, dentro del derecho de vía de la línea férrea, desde la Dirección General de Obras Públicas. Junto con el arquitecto René Minera, impulsor del metro a nivel sobre esta vía, lamentablemente olvidado.

Mientras ya se eligió alcalde, dentro de esa disyuntiva de la población sobre: ¿por quién vamos a votar? Es decir, se está eligiendo “A la Potra”, pues con las experiencias recientes, lanzan una moneda al aire apoyándose en: “Más vale lo viejo conocido que lo bueno por conocer”. Y entonces esperar que los próximos cuatro años, “Dios se apiade de nosotros”, y nos reserve mejores prospectos para tener un futuro más halagador.