Libertad de expresión

JM MAGAÑA JUÁREZ

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Una valiosa herencia de aquel movimiento fue la Declaración de los Derechos y Deberes del Hombre y del Ciudadano (1795) con sus componentes, moral —derechos naturales inalienables— y política —condición necesaria para el ejercicio de los naturales—, que incidió en el resto de Europa y el mundo occidental.

Junto a ese movimiento se acuñaron los términos “libertad, igualdad y fraternidad”,  consolidados en la Revolución de 1852, ante el acuerdo entre liberales y socialistas sobre las diferencias de criterio en cuanto a la bandera que debía ondear como símbolo de la Nación: azul, blanco y rojo. Tales logros permiten gozar, hoy día, de esos derechos indiscutibles que más de alguno, sea fanático religioso, deportivo o político, cree poder vulnerar, sintiéndose dueño de la verdad.

Localmente somos testigos de esa irracionalidad de aquellos que por un efímero período ostentan alguna cuota de poder, en cualquiera de las actividades mencionadas. La semana recién pasada, el periodista Gustavo Berganza, de la Asociación Doces, convocó a periodistas y columnistas nacionales a un encuentro, con el fin de tratar la persecución y amenazas provenientes de sectores oficiales en contra de destacados colegas para callar su opinión.

La Constitución Política de Guatemala es precisa en los artículos 5 y 35 sobre la libertad de opinar y emisión del pensamiento, e indica que no constituye falta o delito la crítica a funcionarios públicos en el ejercicio de sus cargos. Lamentablemente vemos que la precariedad de la formación de algunos servidores se refleja en intolerancia, particularmente  ante los señalamientos por el pobre desempeño en la función para la que fueron electos.

Junto a la libertad de la que unos gozan está la contraparte, que es el derecho de opinar en contra de lo denunciado, argumentando con razones, hechos y datos de los que disponen, pues cuentan con toda una estructura administrativa que respalda o debería respaldar su actuar, en aras del bienestar de la población, eficiencia del Estado y engrandecimiento de la Nación.  

De la reunión convocada surgió un comunicado que deberá difundirse profusamente.

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