PARALELO 30
Libertarios vs Cicig
Resulta que en Guatemala existe un grupito de personas, autodenominadas libertarios, que coluden en un Cartel unificando su discurso hacia sus diferentes círculos de influencia.
Así las cosas, el “Cartel Libertario” no representa la voz de la mayoría de la población, pero por tener un discurso alineado y una agenda en pro de los intereses de sus mecenas, constituyen una voz fuerte en la opinión pública. Veamos: Según encuestas y reportajes, la mayoría de guatemaltecos expresan públicamente su apoyo a la justicia, al Estado de Derecho y al saneamiento del sistema a través del acompañamiento de la Cicig. (La hora, feb2015; CIG, Cacif, Usac, CPO, etc.).
Dejemos claro que la Cicig no es la panacea ni un “dios” que salvará a Guatemala, ya que es responsabilidad de la ciudadanía rescatar las instituciones. Sin embargo, el Cartel Libertario le teme. Sus mensajes en redes sociales y otros medios han sido atacar sistemáticamente a la Cicig, llegando al colmo de desvirtuar el desmantelamiento de la mafia de corrupción destapada hace días e insultar la inteligencia de los guatemaltecos al afirmar, sin evidencia, que el caso la línea es solo una estrategia de mercadeo de la Cicig: “Cicig estaría usando esos casos para garantizar su permanencia” E. Zapeta, SXXI, “Qué conveniente que la Cicig descubrió red criminal” y “Los impuestos de por sí son robo”, tuits de @Luisfi o “Nuestro rechazo a Cicig con este caso que está siendo usado como propaganda para renovar su corrupto e inoperante [SIC] mandato” G. Fratti, en Facebook.
El infame argumento de que “no necesitamos a extranjeros diciéndonos cómo actuar” es de por sí vergonzoso. El discurso de la soberanía para ser consistente debiese ir entonces en el mismo tono hacia la inversión extranjera: (no necesitamos extranjeros explotando nuestros subsuelos) hacia profesores e investigadores extranjeros (no necesitamos extranjeros que nos digan cómo fue la historia del país) o llegando al extremo: de ideas extranjeras (no necesitamos filósofas extranjeras que nos digan cómo pensar). Absurdo, ¿no? Más aún, el discurso de la soberanía se queda corto cuando la Cicig ha evidenciado que las redes de corrupción están enraizadas endógenamente en altas esferas de poder, lo que valida precisamente su mandato en el país.
Este tema, como otros, es tergiversado y manipulado y propagado en distintos medios y centros de activismo político-social por el cartel libertario acorde a sus intereses político-económicos y de sus gentiles patrocinadores. La realidad es que la división en el discurso mediático hoy no es tanto entre “izquierdas y derechas”, sino más bien entre el cartel de libertarios, que son una pequeña minoría versus el resto del país, que ya mostramos ser más y estar más unidos que nunca. Sería sabio que el cartel libertario dejara por un lado la necia defensa de su ideología a toda costa y se uniera al clamor de la ciudadanía en la construcción de un mejor País.
Samperez1@gmail.com