En la práctica eso es irreal, por no decir utópico. La mayoría de los voceros libertarios no son economistas,  sino comunicadores, que con sesgados cursos introductorios trivializan el análisis de la disciplina económica. Un economista serio busca analizar los fenómenos y no ser un simple porrista del “libre mercado”.

Otro error de los libertarios locales es que usando frases prefabricadas dejan de analizar fenómenos sociales y ambientales: por ejemplo, la concentración de factores en pocas manos y el consecuente aumento de barreras de entrada a nuevos competidores. La incapacidad de pequeñas empresas de competir con oligopolios y de personas de acceder a movilidad social erosiona al “infalible” sistema de mercado. Las consecuencias ambientales de mercados desregulados son por demás evidentes. Vale mencionar que no se trata de satanizar tampoco a los mercados, mas sí  de analizar objetivamente sus pros y sus contras y en función de corregir sus fallos.

Pero además del simplismo y de los errores estructurales de la doctrina, en Guatemala las voces que usan el discurso libertario actúan incongruentemente con lo que predican, convirtiéndose en analogías del populismo que atacan. La propaganda social para publicitar su imagen es contradictoria su doctrina “pro-lucro”, “anti-estatal” y “egoísta”. Agruparse en movimientos cívicos no-lucrativos es anti-mercado, promover becas y estudios “gratuitos” en universidades estatales y no-lucrativas es populista, y sembrar árboles en terrenos públicos es altruista.

Utilizar esos recursos para promover el desmantelamiento del sistema del cual se beneficiaron en primera instancia es,  además, inmoral. Talvez lo más incongruente es el hecho de agruparse en un cartel de voceros para querer imponer un pensamiento que predica la supuesta libertad y la individualidad.

Con tanto libertario diciéndole qué pensar, patrocinado por empresas que representan su antítesis, mi sugerencia es que usted, individuo inteligente, escuche, piense y reflexione.  Tome lo bueno y deseche las incongruencias, pero más que todo libérese de dogmas, sean o no libertarios. Así podremos abordar libremente importantes conversaciones que se han tergiversado por el excluyente grupo que se nutre de la esclavitud de pensamiento que promueve.

Samperez1@gmail.com

*(https://www.prensalibre.com/opinion/cartel-libertario_0_958704157.html)