VENTANA

¿Lo haremos?

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Estamos viviendo momentos de profunda incertidumbre. Nos preguntamos, ¿qué está pasando en Guatemala? ¿Quién maneja nuestra vida nacional? ¿Quién se burla de nosotros, de nuestras peticiones ciudadanas que son válidas?

¿Y el gran esfuerzo que hacen Cicig y el MP para desatar el nudo gordiano de la impunidad, de la corrupción y del crimen organizado que nos está matando? Está claro que los políticos no nos representan. Millones de chapines hemos pedido la renuncia al presidente Otto Pérez Molina. Su permanencia en el poder es ilegítima. Todo su gobierno, salvo algunas excepciones, ha sido señalado por diversos delitos de corrupción. El Estado está infiltrado. “¿Qué hacer”, me escribió un colega, “para que el TSE y las Cortes, quienes tienen el poder, digan ¡hasta aquí llegamos!?”. ¿Pero lo tienen?

Se percibe un clima de ánimos alterados que generará más conflictividad. Un gobierno de transición y retrasar las elecciones es lo que procede. Hacer los cambios a “fuego lento” dará la ventaja para que las estructuras criminales que se han desarmado vuelvan a rehacerse. Pero ni modo, los partidos políticos, como buques cargados con gente señalada de ilícitos, alegan que es imposible atentar contra la “institucionalidad”. ¿Cuál institucionalidad? ¿Habrá algún partido político dispuesto a demostrar que su interés es Guatemala, y que decide esperar el tiempo necesario para que nos pongamos de acuerdo, para que establezcamos un orden básico sin violencia y que permita unas elecciones limpias?

Si se llevan a cabo las elecciones en septiembre, y gana alguno de los partidos que van a la cabeza, volveremos a lo mismo. Asumo que será peor porque la inseguridad, la desconfianza, el descontento de la gente estará a la orden del día. El futuro que queremos se ahuyentará. Nada de nuevos programas, ni inversiones ni iniciativas globales tan positivas como la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible, denominada “Transformando Nuestro Mundo”. Esta agenda de la “dignidad” (me referiré a ella en un próximo artículo) fue acordada el 2 de agosto. Se aprobará oficialmente el 25 de septiembre en la ONU. A este histórico evento asistirán el papa Francisco y todos los jefes de Estado del planeta. ¡El mundo le dará la bienvenida a la nueva era con esta nueva hoja de ruta universal! ¿Y Guatemala? Posiblemente se encontrará muy cerca del abismo. El sistema viciado seguirá. Seremos casi un país esclavo del crimen organizado con toda las lacras que conlleva y otros cuatro años perdidos. Y el mundo seguirá avanzando.

Hoy vuelve a mi mente el artículo “El Muro invisible”, que publiqué hace poco. En él cito el comentario del Lic. Alfonso Carrillo M., quien manifiesta, como también lo han expresado varias organizaciones de la sociedad civil, columnistas y ciudadanos preocupados por nuestra situación, que el marco legal guatemalteco sí permite suspender el proceso electoral. Denuncian que el Presidente, la mayoría de los diputados del Congreso y varios magistrados no han cumplido con sus funciones, por lo que no han respetado la Constitución. La coyuntura es propicia para generar un gran frente de unidad nacional que sea el portavoz de nuestras justas peticiones. “¿Lo haremos?”, preguntó el Clarinero.

clarinerormr@hotmail.com

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