IMAGEN ES PERCEPCIÓN
Lo que no dijo “R”B
La conferencia de prensa de Roxana Baldetti el pasado domingo dio mucho de qué hablar, sobre todo porque con su lenguaje no verbal, con el que dijo más que sus palabras. La vicepresidenta lucía visiblemente nerviosa y asustada. Las microexpresiones involuntarias del rostro la delataban, aunque llevaba un guion y apoyó en videos, tratando de hablar lo menos posible, su expresión facial era de terror. Por más maquillaje, lucía unas tremendas ojeras y un cutis deshidratado, que denotaba tensión. ¿Sería el jet lag?
El color que utilizó en su vestuario primario, traje sastre blanco, no fue una mala elección y de hecho no fue un traje elegido al azar, ya que este color tiene el efecto psicológico de trasmitir transparencia, símbolo de lo absoluto, paz y la inocencia. Lo combinó con una blusa con estampados azules, color de la comunicación, y es también uno de los colores de nuestra bandera patria. El problema es que el traje se veía caro, y utilizó accesorios muy llamativos, que para una persona que está siendo cuestionada por acciones delictivas que cometió su secretario, en defraudación fiscal de millones de quetzales, le faltó sentido común y debió moderar en su atuendo y joyería, si lo que pretendía era lucir transparente. Vemos grandes mujeres en la política como Ángela Merkel, la canciller alemana, que incluso repite sus trajes varias veces en grandes eventos europeos, para demostrarle austeridad a su pueblo.
Los trajes de Roxana Baldetti son insultantes para un país donde la mayor parte de la población está en extrema pobreza, los hospitales no tienen medicinas, los niños están sufriendo desnutrición crónica. Y esta señora se permite lucir joyas y trajes que, salta a la vista, son carísimos.
Estuvo totalmente fuera de lugar la manera agresiva como se retiró de la sala de prensa, mostrando enojo incontrolable. Se sintió acorralada y huyó, en lugar de responder con paciencia y tolerancia, porque era su deber para un pueblo defraudado. En cualquier parte del mundo, ya sea en la cosa privada o pública, los jefes son los responsables de los ilícitos que cometen sus subalternos, no se puede alegar ignorancia, es una responsabilidad compartida, por línea de mando. ¿Y no que es tan pilas, pues? Cómo justifica que no sabía quién era la joya que era su brazo derecho, a quien por años apodaron en el Peladero, del Periódico, Robacarros Monzón. Aún estamos esperando una disculpa al pueblo de Guatemala de su parte. Y que acepten que somos los ciudadanos quienes ostentamos la soberanía de la Nación. Si insisten en decir que no deben renunciar porque son inocentes, ¡perfecto! Entonces, que lo hagan por incompetentes, porque con sus escándalos han llevado al país a la peor crisis de la historia. Esta vez debe sentarse un precedente, porque veo a una Torres y un Baldizón muy calladitos hoy, para que no los molesten mañana. No se diga una jueza que deja libres bajo fianza a los cabecillas de La línea. Esta es más que una crisis, una oportunidad de cambio, no la dejemos escapar, digamos adiós por siempre a la castración intelectual del pueblo de Guatemala.
Imagen_es_percepcion@yahoo.com