A CONTRALUZ

Nos saquearon

|

AHORA YA ENTENDEMOS por qué Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti no querían que la Cicig siguiera en el país. No querían que ese organismo que consideraban intruso pudiera poner al descubierto lo que en realidad había tras el gobierno del Partido Patriota: una mafia para saquear las arcas del Estado, cuya jefatura se encontraba en lo más alto del Poder Ejecutivo, o sea los despachos del presidente y la vicepresidenta. Se creían intocables. No eran estadistas, eran y son simplemente delincuentes. Las declaraciones de Estuardo González Álvarez, alias Eco, tiraron por los suelos las caretas de inocencia que nos quisieron vender estos individuos que nos desgobernaron y que en su afán por amasar fortuna dejaron hecho un desastre el país.

LA LÍNEA NO ERA una estructura ajena al Ejecutivo, sino que era consustancial a las actividades del 1 y la 2. González Álvarez reveló que incluso las reuniones de esa mafia se efectuaron en la Casa Presidencial, en las cuales participaba Pérez Molina. Los finos hilos de la dirección partían precisamente de este individuo que frente a las cámaras periodísticas se dijo víctima de una injusticia y que habló de un complot en su contra para arrebatarle la Presidencia. También sabemos que Baldetti construyó su imperio sobre siete empresas de cartón y que contrató a Eco para que les diera apariencia de legalidad en su objetivo de robar fondos del Estado, además de que había una red de personas que iban a Panamá con miles de dólares para depositar en sus cuentas bancarias.

LA FRUSTRADA CONTRATACIÓN de la empresa argentina Kolektor pretendía legalizar esa estructura de defraudación dentro de la Superintendencia de Administración Tributaria para que ya no tuviera carácter fáctico. Kolektor se especializa en el cobro de impuestos y en su país natal ha estado ligada a políticos corruptos. Pérez Molina efectivamente pretendía aumentar el ingreso tributario porque de esa manera se hubiera alimentado aún más su parte proporcional del saqueo. Esa compañía hubiera aportado la tecnología para lavar dinero sucio. Debido a los cuestionamientos de diversos sectores, los cabecillas de la Línea dieron marcha atrás a esa contratación y se vieron obligados a mantener la estructura paralela hasta su caída en abril pasado.

MIENTRAS PÉREZ MOLINA y Baldetti se preocupaban por mantener aceitada su estructura de defraudación tributaria, el país se caía a pedazos. Basta ver la forma en que dejaron la red hospitalaria, sin medicinas ni recursos de ningún tipo. También estafaron en el IGSS por medio de Juan de Dios Rodríguez, que lleva sobre su cabeza 37 muertos por el contrato fraudulento de servicios renales. Uno de los últimos negocios de los mafiosos fue tratar de vendernos la pócima mágica que iba a limpiar el Lago de Amatitlán por Q137.8 millones, pero que resultó ser agua con sal. La tarea ahora de quien gane la Presidencia será demostrar que han desarticulado esa mafia y que no construirán otras para saquear los fondos públicos.

@hshetemul

ESCRITO POR:

Haroldo Shetemul

Doctor en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Pontificia de Salamanca, España. Profesor universitario. Escritor. Periodista desde hace más de cuatro décadas.