Nuevas oportunidades
Primero, aprender a ser agradecidos y enlistar todos los éxitos, bendiciones, regalos recibidos durante el año que se acaba; agradecer también por los fracasos o sinsabores es una buena práctica, ya que nos ayuda a ver el cuadro completo de nuestra vida —los momentos no tan buenos también son parte, y seguramente nos enseñaron mucho—.
La mayoría de nosotros suele establecer “propósitos de Año Nuevo”, a nivel económico, de salud, laborales, familiares, espirituales o de crecimiento personal.
Esta práctica resulta muy útil, debido a que le da orden a la forma en que queremos aprovechar el nuevo ciclo. Esta lista de propósitos solo será funcional si lo que usted plasma ahí son metas acordes a su realidad y que usted puede cumplir en algún plazo determinado, en este caso antes de que finalice el año. Comprométase, solemos tener palabra para con todos excepto para con nosotros mismos. No haga esta lista porque todo el mundo la hace. Pregúntese realmente qué es lo que quiere de usted mismo en este nuevo año y cúmplase.
Ponga esta lista en un lugar visible o haga algo creativo para recordar su compromiso con usted mismo todo el año —poner un cuadro nuevo, comprar una maceta—. Sea realista y no haga una lista interminable, un máximo de cuatro o cinco objetivos serán suficientes, porque cuando los haya alcanzado estará motivado a proponerse más.
Tome en cuenta que las cosas que valen la pena no son fáciles. Muchos de nuestros objetivos de año nuevo tienen que ver con hábitos como hacer ejercicio o ahorrar, tome en cuenta que se necesita tiempo y esfuerzo para establecer tales hábitos, su lista no es mágica, usted necesita ser perseverante y disciplinado.
Y mucho más importante, sea flexible y dese cuenta de que puede volver a comenzar cuando así lo quiera, no necesita esperar por el próximo año nuevo.
*Psicóloga clínica, máster en familia.