REGISTRO AKÁSICO

Ocurrencias

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Una de las palabras con mayores significados, potenciada por el inglés, contiene al morfema –currencia. En principio, una ocurrencia consiste en una idea inesperada, como dotar de casa a quienes sufren una desgracia. Al gobernante se le ocurrió dotar de vivienda a los sobrevivientes de un derrumbe, en uno de los barrancos de la capital. Primero sucedió en su imaginación y luego ha intentado concretarse en unos terrenos conseguidos, a favor del Estado, por extinción de dominio de los bienes de un narcotraficante. Se lamentó por unos, pasar por encima de la igualdad de trato a la ciudadanía; pues muchos carecen de vivienda y no tienen posibilidad de adquirirla ante la falta de financiamiento adecuado. Al fin y al cabo, se trató de una buena obra.

La concurrencia sucede cuando un conjunto de personas asisten a un acto o reunión. Puede deberse a que los mismos intereses u ojerizas se encuentran presentes. Es obvio que la inteligencia civil ha concitado odios que llevaron a que un organismo de Estado fuera “allanado” por supuestas irregularidades, por ministras tanto del público como del Ejecutivo. ¡Inusitado! Pues bastaba la presencia de la ministra de Gobernación para poner todo en orden. Pero, qué saben los mortales de las conversaciones de las diosas del Olimpo.

En fin, tanto la Policía como fiscales y jueces ocurrieron a las oficinas de la Digicri. Aquí, el sentido de ocurrencia es novedoso, de uso en México, con el significado de encuentro. Los solicitantes ocurren ante las oficinas libremente, puesto que no es obligación. De la misma manera que dicha ocurrencia.

La recurrencia supone repetición. Acepta el carácter de anticipación, de previsión, cuando una persona acude ante la autoridad, especialmente un juez. Se ha prohibido que se afirme que se recurre ante la Corte de Constitucionalidad, pues la acción se llamaría recurso, lo que ofende a unos juristas.

De la misma manera no se acepta que el ministro de Trabajo, Oswaldo Enríquez, recurra ante el Cacif para propiciar un entendido en el salario mínimo. Esto indignó a los patronos, en razón de sugerir que hay una actitud repetitiva, de falta de acuerdo en este tema. Hizo muy mal Enríquez, en llamar a la armonía, ya que debía saber que los patronos no han salido de la mentalidad de Guerra Fría, y todo llamado a modernizarse cae en el vacío.

Algo simpático tiene lugar en EE. UU. Cuando se llega a un aeropuerto; pues se llama concurso, al lugar de concurrencia de viajeros. ¡Grata invención! Dado que tiene raíces latinas, pasará sin problemas a nuestro idioma. Cuando usted intente salir del degradado Aeropuerto Internacional La Aurora, irá al concurso de viajeros. ¡Cuidado! Porque puede sobrevenir lo acaecido a Miss Colombia, una equivocación en la lectura de la tarjeta del equipaje y vaya a parar en otro lugar. No se usa, transcurrencia, pero si la referimos al año que termina que se caracterizó por abatir la corrupción; ojalá, haya colmado los esfuerzos y trabajos, para contribuir en la mejora del país. Por lo tanto, que no sea una ocurrencia pasajera, sino que la vida transcurra siempre en el camino de la democracia. ¡Buen año!

ESCRITO POR:

Antonio Mosquera Aguilar

Doctor en Dinámica Humana por la Universidad Mariano Gálvez. Asesor jurídico de los refugiados guatemaltecos en México durante el enfrentamiento armado. Profesor de Universidad Regional y Universidad Galileo.