CON OTRA MIRADA
Respaldo a Xela ante daños al patrimonio
Quetzaltenango sufrió el embate de un sismo a las 1.29 horas del miércoles 14, con una intensidad de 6.60 grados en la escala de Richter que los expertos califican entre moderado a fuerte. Afectó a 3,141 personas, damnificó a 171 y fallecieron cinco. Dañó 169 casas, 21 con daños severos, 29 moderados y 119 leves. Hubo destrozos en la Catedral. En Retalhuleu se desplomó la fachada de una iglesia y en las carreteras hubo grietas en el asfalto y puentes dañados.
La ciudad fue fundada por Pedro de Alvarado, el 15 de mayo de 1524, en Salcajá. Cuatro años más tarde fue trasladada al sitio de la antigua Xelahuh, según lo describe el cronista Vásquez. El obispo Francisco Marroquín manifiesta en una de sus cartas de 1542 que en la población de Quetzaltenango le estaba asignando a Juan de Chávez recoger los tributos de la encomienda de la población del Santo Espíritu; probablemente de esta fecha provenga la denominación de pueblo del Espíritu Santo de Quetzaltenango, sujeto a la égida de los franciscanos, nombre con el que se conoce su actual catedral.
Se asentó en el actual cantón San Nicolás, teniendo como referencia la Cruz del Milagro, en donde se construyó la primera iglesia. Tanto es así, que la efemérides de la Conquista (15 de mayo) se celebró en aquel sector hasta la Independencia, 15 de septiembre de 1821, cuando dejó de celebrarse.
Xela es cuna de emprendedores que a fines del siglo XIX cultivaron café, generando riqueza y desarrollo, lo mismo que de personajes que destacaron en la vida política de la Nación, que el ilustre vecino F.R Gutiérrez Martínez nos relata semanalmente en su columna en elPeriódico.
Su industria permitió que llegaran profesionales y artistas, europeos en particular, que impulsaron la educación, la industria y las artes. Trajeron consigo el influjo del neoclásico, transformando el paisaje arquitectónico, que alcanzó un alto refinamiento extendido por toda la región; particularmente notorio es el trabajo de cantería de las fachadas de edificios monumentales, como casas de habitación.
Mi primer vínculo profesional con Xela fue en los años 80, cuando se discutió la propuesta del colega Enrique Schoendsted, para una nueva fachada de catedral. El Instituto de Antropología e Historia solicitó al Consejo protector de La Antigua Guatemala apoyo, por lo que fuimos nombrados el arquitecto Rodolfo Asturias y yo para conocer y emitir opinión. Opinión que fue favorable, pues la idea era digna del edificio y una clara manifestación de contemporaneidad, resuelta en piedra labrada de alta calidad.
El segundo fue por medio del Plan Maestro de Revitalización del Centro Histórico de Quetzaltenango, auspiciado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, que requería definir sus límites. Trabajo que realicé en 1999 con el apoyo de vecinos, historiadores y funcionarios municipales, quienes ofrecieron valiosa e importante información. De ese vínculo más adelante surgió el proyecto de restauración del campanario de la fachada original de Catedral, dañado a lo largo de la vida de aquella importante ciudad, trabajo que contribuyó a poner en valor el espacio vacío dejado por la desaparecida fachada original del templo y la nueva, que devino en una especie de atrio interno.
Hoy, ante los daños causados, en nombre propio y de la Asociación de Arquitectos e Ingenieros Diego de Porres, presento mi respaldo a los hermanos Chivos y a su digno representante, el alcalde, doctor Luis Grijalva, poniendo a su disposición conocimiento, expertaje y voluntad para contribuir al rescate del patrimonio cultural dañado.
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