EL QUINTO PATIO

Retrato en negro

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Lo más impactante de la publicación de ayer en las páginas 2 y 3 de Prensa Libre, es constatar la dimensión del poder de organizaciones criminales instaladas en todo el tejido institucional, la impunidad con la cual operan, el nivel de terror en el que mantienen a la población y cómo se aleja de las probabilidades cualquier iniciativa para establecer un auténtico sistema de seguridad y justicia, tomando en cuenta el contexto actual.

Quien haya escuchado la voz de Danilo López en la grabación exclusiva compartida por este periódico, por medio de una tecnología que permite tener acceso a documentos específicos en la red mediante una aplicación en teléfonos inteligentes, podrá comprobar la situación de absoluta vulnerabilidad de los comunicadores en el desempeño de las funciones informativas, no solo en la capital, sino —y muy especialmente— en los departamentos del interior de la República.

Danilo López no es el único, no ha sido el primero ni será el último guatemalteco en perder la vida por cumplir con su deber. En esa ruta se encuentra todo ciudadano honesto, ético y comprometido con su país, al punto de denunciar los actos de corrupción para defender el imperio de la ley. Es decir, la guerra entre criminales y ciudadanos honestos, declarada hace ya mucho, se encuentra en un punto de no retorno y solo un vuelco total de la situación sería capaz de restablecer un equilibrio que parece perdido.

“En Guatemala encuentras cuerpos atados de pies y manos, con torniquetes; los encuentras decapitados con la boca tapada, colgando de algún puente, de algún árbol…”, dice Danilo en la entrevista y nadie en su sano juicio debería dudar de su palabra. Aquí las exageraciones no caben, las imágenes evocadas nunca alcanzarán la crudeza de la realidad, porque para cualquier ser humano resulta difícil imaginar semejante horror. Pero para esos comunicadores cuya vida se desarrolla en el frente mismo, en las escenas cotidianas —etiquetadas como “nota roja”—, la visión del mundo es distinta a la de una ciudadanía habituada a eludir el contacto con la realidad para refugiarse en su burbuja de seguridad.

Buscar las respuestas al origen del descalabro es tarea de titanes, pero alcanzar un estado de Derecho en donde el crimen sea perseguido, los culpables castigados y las instituciones actúen con total transparencia, debería constituir el objetivo más importante en un país cuyo centro gravitacional parece desplazado de su eje. El testimonio de Danilo López sirve para comprender la dimensión de la actual crisis de valores, los obstáculos de la Prensa en el desempeño de su misión informativa y la extensión de los tentáculos de las organizaciones criminales.

Danilo dibuja con sus palabras un retrato en negro de su Guatemala, la que intentó defender y por la cual fue vilmente asesinado. Muchos hombres, mujeres y niños, periodistas, catedráticos, políticos, estudiantes y trabajadores han sufrido igual suerte, algunos solo por estar allí en donde se cruzaron los tiros, otros por no ceder a las extorsiones, otros simplemente por tener conciencia.

elquintopatio@gmail.com

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