REGISTRO AKÁSICO

Se aclara el misterio de las OPF

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La educación de calidad es una frase hueca, sin sentido más allá del propagandístico. Después de la campaña electoral, las promesas no alcanzan a tener ninguna base realista que ofrezca al país un sistema de formación de su juventud en la ciencia y cultura modernas.

Uno de los sectores de gobierno que alcanzó más concreción en el debate electoral fue el educativo. De hecho, hubo un conocimiento de los propuestos ministros. El partido liderista mencionó a Olmedo España Calderón como su propuesta. Este profesional, que comparte altos puestos en una universidad privada con la pública, ofreció que únicamente pedagogos se harían cargo de la instrucción oficial, centrada en la formación cívica. Con otros de sus correligionarios se había deslindado del gobierno del ingeniero Colom, para formar la nueva agrupación. Afirmó que tenía talante y talento para dirigir el Mineduc.

Por su parte, la UNE confió en Virgilio Álvarez Aragón, el exdirector de Flacso. En su columna El pupitre roto y otros escritos ofreció reformas educativas de segunda generación, bajo la divisa de que la democracia no era una cuestión financiera. Cuando supo que su lideresa no alcanzaría la presidencia, afirmó en plena plaza pública que con milagros no se conseguirían resultados.

De esa cuenta, la oposición al nuevo gobierno se sustenta en acusarlo en que confía solamente en la providencia divina y carece de planes concretos.

En tal virtud, la expectación causada para escuchar la propuesta de instaurar la calidad educativa en el sistema público nacional era muy grande. El nuevo ministro Óscar Hugo López Rivas, doctor en Educación por la Universidad de La Salle, Costa Rica, ligado al desarrollo sustentable por su posgrado en Educación Ambiental y director reelecto de la Escuela de Formación de Profesores en Enseñanza Media de la Usac, por fin ofreció su primera conferencia de prensa. Conoce que en Matemáticas uno de cada 10 aprueba; en Lenguaje ganan cuatro de cada 10. Solo 163 centros educativos están conectados a internet.

¿En qué consiste instaurar una educación de calidad? El ministro dijo: Todas las escuelas deben establecer OPF para recibir apoyo financiero. Nadie atinaba a conocer los OPF. Algunos consideraron que era una reelaboración de los ODM, es decir los Objetivos del Milenio, que fueron tan apreciados por las Naciones Unidas. Pero, siendo una moda pasada, no cabía semejante actualización. Tampoco eran los ODS, Objetivos de Desarrollo Sostenible, que se reproducen ahora y cada vez son más. Faltaba la S, argumentó la audiencia. ¿Estaban en el Plan Katún 2032 o en el Chilibaktún 5000 los tales OPF? Con toda la inventiva y adivinación posible se consideró que las escuelas del país instaurarían los Objetivos Pedagógicos Facilitadores, que concretan la propuesta de educación de calidad ofrecida por el nuevo Ejecutivo durante su campaña electoral, que juntamente con salud y empleo se han constituido en los pilares de su plan de gobierno.

Al observar el azoro de la audiencia, el ministro ilustró: sin OPF, organización de padres de familia, ninguna escuela tendrá fondos para la refacción escolar. ¡Oh!, dicen los asistentes, la calidad educativa se puede resumir como “barriga llena, corazón contento”. En efecto, no hay más. Cuando los nuevos funcionarios se refieren a la calidad educativa, hablan de la construcción de los edificios. Cobertura educativa se traduce en el número de edificaciones, aulas e inodoros por centro educativo.

Moraleja: como dijo Einstein, haciendo lo mismo, resulta lo mismo, a electores bobos se dirigen bobadas.

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ESCRITO POR:

Antonio Mosquera Aguilar

Doctor en Dinámica Humana por la Universidad Mariano Gálvez. Asesor jurídico de los refugiados guatemaltecos en México durante el enfrentamiento armado. Profesor de Universidad Regional y Universidad Galileo.