Hace poco caminaba en la playa cuando escuché la vocecita de un niño que frente a mí le decía a su papá: “Quiero llevarme a mi casa unos cangrejitos”, y señaló los pequeños agujeros en la arena. El papá asintió con la cabeza y dijo: “Está bien. Nos llevaremos un poco de arena, la echaremos en un envase de vidrio y colocaremos allí los cangrejos”. Pensé que podría haberle respondido: “Yo creo que es mejor dejar los cangrejos aquí en la playa. Ellos necesitan del mar. Nosotros no podemos darles estas olas. Si nos los llevamos morirán”.

La primera respuesta evidencia la vieja mentalidad, la que percibe un mundo fragmentado, donde los seres son vistos como objetos, sin contexto natural y nos abrogamos el derecho a poseerlos. La segunda respuesta la hubiera expresado si el papá de Miguel sería parte del movimiento que emerge a nivel mundial que percibe a la Tierra no como una piedra inerte, sino como una entidad viva, formada por una madeja de relaciones en la que todo está conectado con todo. El meteorólogo Edward Lorenz dijo que la vida está hecha de pequeñas vibraciones. Una mariposa al batir sus alas en Tokio puede crear un tormenta en Nueva York, después.

Desde esa nueva perspectiva, Rodolfo Paiz Andrade, con la colaboración de Gustavo Leiva, escribió el libro Servir a la Vida. La intención de Fito, como le llamamos quienes lo conocemos y admiramos, es provocar un cambio en el corazón humano. Le preocupa que nos enfrentemos, como especie, a una muerte colectiva, “ya sea por el peligro que representan las armas nucleares, o porque el daño que le hacemos a diario a nuestros ecosistemas es ya irreversible… no habrá vida para los hijos de nuestros nietos”. El libro fue presentado en el Auditorio del Centro Cultural de México, el pasado jueves 5 de noviembre.

¿Qué significa “servir a la vida”? La nueva física y la nueva biología presentan que no vamos solos en la vida, que formamos parte de algo más grande que nosotros mismos. Un ejemplo extraordinario, que aparece en el video realizado para introducir el libro ( link: https://vimeo.com/144878015) es el de Jonas Salk, quien descubrió y desarrolló la vacuna en contra de la poliomielitis.

Habló sobre un universo que se desenvuelve de acuerdo a un orden profundo al que las personas pueden acceder. Salk comentó que “podemos percibir la manera en que el futuro quiere fluir, e incluso podemos apurarlo. Reconoce que la evolución es un proceso activo que experimentamos todo el tiempo, y que podemos guiar según las decisiones que tomemos”.

Él considera que esta fuerza lo guió para desarrollar la vacuna de la polio en los años 50. Utilizó virus muertos en lugar de vivos, como era usual. Cuando le preguntaron ¿por qué nunca patentó su vacuna, que le habría reportado más de siete mil millones de dólares, respondió: “¿Acaso se puede patentar la luz del sol?”

Servir a la vida es reconocer con Jonas Salk, que somos coautores, con la naturaleza de nuestro propio destino.

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