La crisis nacional actual está resaltando los problemas sociales, como el caso de las de familias sin hogar. Diferentes organizaciones no gubernamentales realizaron esfuerzos especiales para ayudar a alcanzar soluciones al problema de las personas sin hogar. La inmigración rural y la destrucción de viviendas en alquiler por el terremoto activaron acciones para proporcionar tierra y vivienda a la población que había quedado desamparada. Se fundaron entidades como el comité de Reconstrucción, El Banco Nacional de la Vivienda y el sector privado a través de los bancos, quienes se pusieron a trabajar en proyectos urbanos. Había un sentido de desarrollo dentro de los políticos y los profesionales. Lo más importante fue la creación de facultades de arquitectura y urbanismo. Internacionalmente se creó Hábitat en 1987 como el Centro para los Asentamientos Humanos de Naciones Unidas con lo que estos grupos residenciales quedarían como “asentamientos” ligados con la pobreza. Todos se convertirían en problemas políticos cuando se desarrollaron en Chinautla, Villa Nueva y Amatitlán y también una población que se diseminó en 13 zonas del municipio de Guatemala, concentrándose en las zonas 2, 6, 7, 12, 18 y 19. Para 1991 existían ya 232 asentamientos preurbanos. (Asíes-Segeplan). A partir de mediados de los noventa se desmoronan los principios sociales ante la desbandada por los llamados Acuerdos de Paz y una nueva constitución desarrolla una emigración hacia los Estados Unidos donde los emigrantes van a ser cooptados por las mafias mexicanas de California. Se desarrolla una presión social proveniente de los asentamientos existentes en la región metropolitana. Esto creó una juventud que hizo que UNICEF colocara a Guatemala como uno de los países más peligrosos para la juventud y la niñez y que serían cooptados por políticos y mafias ligadas a la cultura de lo ilegal. Dentro de la Sociología Urbana esto se considera como un Subsistema de Patologías, que analiza la desorganización social, cuya razón principal son los procedimientos irracionales humanos, siendo los más corrientes “el alcoholismo, la toxicomanía, la prostitución, los pequeños ladrones, el crimen, la delincuencia juvenil, el juego, la corrupción política y la violencia en los asentamientos”. El crimen organizado extranacional ha convertido a Guatemala en un punto estratégico, creando una “Entropía Social”, es decir: “Una profundización grave de este subsistema”. Tal situación ha generado el asalto del poder político del Estado por estas mafias, incluyendo el Ejército y a las universidades, afectando su economía y generando una crisis social de una magnitud imprevisible, pues el Estado ha sido incapaz de solucionar los problemas como seguridad, salud, educación, infraestructuras y en especial la vivienda. En Guatemala se acabaron las guerras de las ideas y han empezado las guerras de los desbordes. Las fronteras terrestres, marítimas y aéreas van a ser ahora las zonas más significativas en este fenómeno social que ha alcanzado hasta las altas autoridades del Estado.

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