LIBERAL SIN NEO
Solo quítese del camino
Frédéric Bastiat fue un economista liberal francés y autor que vivió durante la primera mitad del siglo XIX; llegó a la madurez en las postrimerías de la Revolución Francesa y las guerras imperiales de Napoleón. Fuerte promotor del liberalismo clásico, autor de obras dotadas de gran claridad, rigurosa argumentación y sutil sátira. En Sofismas Económicos, por ejemplo, escribe la parábola satírica de Petición de los fabricantes de velas, donde estos solicitan una ley que prohíba las ventanas, ya que estas permiten el ingreso de la luz del sol y disminuyen las ventas de candelas. En otra, se hace una petición al rey para que prohíba a todos el uso de su mano derecha, ya que al hacer más difícil el trabajo, serían necesarios más trabajadores, y por tanto habría mayor riqueza. Bastiat fue un fuerte crítico del proteccionismo, el estatismo y los obstáculos al comercio. Lo dejaban perplejo los grandes esfuerzos por promover el comercio y luego ser testigo de tantos obstáculos para desincentivar y frenarlo.
El emprendimiento está de moda, afortunadamente, pero no pasa de cierto entusiasmo abstracto por el tema. He perdido la cuenta de cuantas diferentes iniciativas gubernamentales han surgido con la misión de impulsar el emprendimiento, la pequeña y mediana empresa, agilizar el comercio, promover la industria, la agricultura o las exportaciones.
Hay un Centro Municipal de Emprendimiento. En el Ministerio de Economía existe un Viceministerio del Desarrollo de la Microempresa, Pequeña y Mediana Empresa, en el marco de la estrategia Sica Emprende —“herramienta liderada por el Centro Regional de Promoción de la Mipyme (Cenpromype), construida y adoptada por los países de la región Sica, para la Política Nacional de Emprendimiento “Guatemala Emprende”. De acuerdo con su página web, “la Política Nacional de Emprendimiento —Guatemala Emprende— tiene su génesis en una serie de mandatos presidenciales, emanados de las reuniones de jefes de Estado y Gobiernos de la región Sica en los cuales se hace un “llamado a la región” y los países que la conforman a construir estrategias y políticas de fomento emprendedor de manera participativa con las entidades públicas y privadas, oficializar las mismas y trabajar en su implementación para hacer del emprendimiento un eje de desarrollo y crecimiento”. Más adelante, propone que “la política se convierta en un espacio de consenso, en el cual los actores del ecosistema emprendedor participen de manera activa, con el objeto de establecer de forma activa, honesta, integral y comprometida las acciones que promuevan el desarrollo del emprendimiento en el país”.
Si Usted, amable lector, quedó mareado con esto, le comparto que yo también lo estoy.
Robert Anderson es el autor de un excelente libro titulado Solo quítese del camino: cómo el gobierno puede ayudar a los negocios en países pobres (2004). El argumento de Anderson es que el Gobierno puede contribuir más a través de la eliminación de requisitos, obstáculos y trampas a las empresas que pretendiendo apoyarlas. Este es un sabio consejo para Guatemala.
En lo que se refiere a producir, el Gobierno no es la solución, es el problema. Las direcciones generales, oficinas, viceministerios y departamentos gubernamentales encargados, con muchos millones de quetzales, de “promover el emprendimiento”, servirían mejor al país si se dedicaran a buscar, detectar y eliminar los requisitos y obstáculos para emprender, producir y comerciar. No me ayudes, quítate de mi camino.
fritzmthomas@gmail.com