Independientemente de lo que se piense de Trump, es evidente que es de armas tomar. Tiene menos de dos semanas de haber asumido la presidencia de EE. UU. e inmediatamente tomó una serie de acciones relacionadas a cumplir promesas electorales. Algunas de estas acciones han sido muy controversiales y han despertado la ira de la prensa y del público, mientras que otras han sido sensatas. Una de cal y otra de arena.

Trump es altamente disruptivo, palabra que tiene connotación en dos sentidos. Disruptivo significa causar problemas e impedir que algo continúe en la forma usual. También significa cambiar la forma tradicional de operar, especialmente de una manera nueva y efectiva. Por una parte es molesto y desestabilizador, y por otra es creativo e innovador. Sin duda, él fija la agenda y el ritmo, domina las noticias y tiene al mundo reaccionando; todos van corriendo detrás de él, esperando sus próximos anuncios. Es obvio que tiene agenda y prisa.

Las órdenes ejecutivas firmadas por el presidente Trump inician con la número 13,765; la última firmada por Obama es la 13,764. Trump firmó su primera orden ejecutiva el mismo día que prestó juramento. Esta se relaciona con el controversial sistema de seguro médico obligatorio implementado por su antecesor, conocido como “Obamacare”, anticipando que será derogado y aliviando la carga económica que sufren los estados. Esta disposición está alineada con ofrecimientos que hizo como candidato. La orden ejecutiva siguiente instruye a todas las agencias regulatorias expeditar las revisiones y aprobaciones ambientales de proyectos de infraestructura de alta prioridad. Como empresario, se mueve a la velocidad de los negocios y pretende que los proyectos caminen así, no al ritmo de comisiones burocráticas.

Las siguientes dos órdenes ejecutivas han sido muy controversiales; una de ellas prohíbe, por 90 días, el ingreso a los EE. UU. de personas provenientes de siete países, incluyendo a Siria, Iraq, Irán y Libia, en lo que se implementan nuevas medidas de seguridad. Esto fue reportado por los medios como una prohibición al ingreso de musulmanes, cosa que la orden no dice y que la Constitución de EE. UU. no permitiría. En mi opinión, esta medida es poco efectiva para los fines que persigue, le crea muchos anticuerpos a Trump y quizás subestima la reacción que provocará.

En sus primeros días, Trump ha firmado también una serie de memorandos presidenciales. El primero “congela” nuevas regulaciones y otro ordena “congelar” por 90 días la contratación de nuevo personal federal, período después del cual se implementará un plan para la reducción de la fuerza laboral del gobierno federal. ¿Cuánto candidato no ha ofrecido reducir las regulaciones y la burocracia? Trump lo está haciendo desde su tercer día. Otros memorandos se relacionan con la aprobación de los oleoductos Keystone XL, que transportará petróleo desde Canadá hasta el Golfo de México, y el Dakota Access; proyectos privados productivos que la administración de Obama mantuvo en trámites por muchos años y finalmente no aprobó.

Considero que las medidas que ha tomado Trump en relación al muro y la migración son de dudoso beneficio, altamente controversiales y le provocarán mucho desgaste. Pero también ha tomado otras que ponen de manifiesto su decidida intención de reducir la regulación, la burocracia y los obstáculos a la producción, para darle vigor al dinamismo de la economía estadounidense. De lo que no cabe duda es que nos mantendrá entretenidos, si no distraídos.

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