A CONTRALUZ
Un peligro llamado Trump
A LOS REPUBLICANOS LES DIVERTÍAN las ocurrencias de Donald Trump; creían que ponía sabor a las primarias de su partido. El outsider parecía perfecto para amenizar una jornada electoral interna que se antojaba aburrida con los demás contrincantes muy curtidos dentro del establishment conservador. Esas estructuras rancias que se preparaban para el relevo de Barack Obama, al que acusan de haber debilitado la hegemonía mundial de EE. UU., no tomaban muy en serio al magnate que los había divertido con su reality show The Apprentice, al ritmo de For the love of money, de los O’jays. Efectivamente, el multimillonario parecía hacer todo por amor al dinero. Más que una figura cimera para disputar la presidencia del país más poderoso del planeta, Trump era el comediante que se había inspirado en el radicalismo del Tea Party.
PARA LA CORRIENTE MÁS CONSERVADORA de los republicanos fue muy funny cuando Trump se lanzó contra los mexicanos, léase latinoamericanos, a los que acusó de narcotraficantes y violadores. Luego amenazó con expulsar a todos los musulmanes y poco a poco esa verborrea antinmigrante fue ganando paso y se anidó en el subconsciente de muchos republicanos que vieron en ese aspirante a quien representaba sus ideas más fascistas. De la xenofobia pasó a la misoginia y de ahí a alentar la práctica de waterboarding, tortura por asfixia contra los prisioneros políticos. Trump encarna todo lo contrario a la political correctness. Su enorme riqueza que le permite hacer y decir lo que le dé la gana y sus dotes histriónicas e irresponsables han llevado las primarias republicanas a un callejón sin salida.
EL HARTAZGO DE LOS ESTADOUNIDENSES a la clase política, algo que no solo en ese país está de moda, hizo subir los bonos de Trump, principalmente entre los wasp (blancos, anglosajones y protestantes) que defienden los valores tradicionales y desprecian cualquier influencia de culturas foráneas, peor si son de los morenitos latinoamericanos. El resultado ha sido que el comediante multimillonario ha arrasado en varios estados y tiene fuertes posibilidades de alcanzar la nominación presidencial.
AHORA TRUMP YA NO ES FUNNY para el establishment republicano y desde la cúpula conservadora comienzan a buscar la forma de evitar que sea el abanderado del partido. Sus excesos ya chocan con el ideario republicano y se ha convertido en una seria amenaza para el país si llegara a gobernarlo. El problema para los republicanos es que el precandidato que va en segundo lugar, Ted Cruz, tampoco parece representar al partido, porque en su afán por acercarse a Trump ha radicalizado su discurso hacia la ultraderecha. Así, el partido del elefante está en capilla ardiente porque en perspectiva cada discurso de Trump pareciera favorecer a la demócrata Hillary Clinton.
PERO NO SOLO EN EE. UU. suenan las alarmas, a nivel mundial hay preocupación porque un fascista pueda dirigir la Casa Blanca. El vicecanciller alemán Sigmar Gabriel lo ha tachado de “peligro para la paz mundial” y el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, comparó el discurso “estridente” de Trump con el ascenso al poder de Mussolini y Hitler. Para muchos líderes mundiales sería la peor pesadilla que Trump llegara a gobernar Estados Unidos y que, por ejemplo, un día cualquiera se enfrascara en una guerra total contra el líder Kim Jong Un, un loco que a cada rato amenaza con su arsenal nuclear. Trump es ya una seria amenaza para la estabilidad mundial.