SI ME PERMITE
Una semana de reflexión
“Toda reflexión que transporta al hombre fuera del círculo estrecho de su egoísmo, es saludable y buena para el alma, cualquiera que sea el giro que tome esa reflexión”. Joseph Ernest Renan.
El próximo domingo, los que somos ciudadanos y hemos completado los requisitos para emitir nuestro voto debemos ir y así cumplir con nuestro deber cívico. Esto implica que esta semana deberá ser un tiempo de evaluación y tal vez no tanto de socialización para saber qué personas o partidos tendrán nuestro voto. No podemos negar que muchas veces el simple silencio es un amigo para ver las cosas en su correcta dimensión; porque si no, los que nos rodean tratarán de influenciarnos para que les demos más la razón a ellos que cumplir el deber ciudadano con conciencia.
Hay un elemento fundamental, el cual, si le ponemos atención, nos facilitará para tomar la decisión, y es importante entender que el que menos promete termina decepcionándonos mucho menos y por resultado natural no tenemos que hacer comentarios innecesarios de ellos, y solo la frase: “Bueno, nada nos prometió, de qué nos quejaremos de él”. Esta verdad no solo funciona en las campañas políticas, sino también al comprar un producto o emprender un negocio con alguien también.
Para estos días, el ejercicio que debemos realizar es lo mismo que hacemos cuando visitamos una exposición de arte o un museo; hay algunas pinturas a las cuales, para apreciarlas, hay que alejarse de ellas y contemplarlas desde una distancia prudente, ser observador no en los detalles que presentan sino en su totalidad, para ver cómo armoniza el conjunto completo, analizando las cosas que se valoran en un primer plano y lo que le resta.
Para aquellos a los que el bombardeo publicitario les ha afectado, no es mala idea hacer una lista para saber quién sale “mejor librado” de todos los candidatos que están en propuesta, aunque todos los anuncios publicitarios todavía resuenen en nuestra mente, sean estos para reírnos o para molestarnos. Entonces si hicimos una evaluación para que a la hora de estar frente a la papeleta sabrán qué marcar. Porque si nos confiamos a la memoria o nuestras decisiones, puede que por inercia o por distracción terminemos marcando lo que no queríamos. En este ejercicio ciudadano todo está en saber decidir y hacerlo bien.
La ilustración anterior nos dice que es importante hacer memoria de cómo han funcionado los personajes en cosas concretas, y en particular en asuntos que nosotros valoramos como fundamentales, para decidir lo digno que es para el voto. Esto no es asunto de consensuar sino evaluar, primero para no repetir vivencias desagradables, y en segundo lugar no ser cómplice en algo que podría por lo menos haberlo evitado. Claro está que tampoco estamos llamados a vivir condenados con cargo de conciencia si al que le confiamos el voto no termina haciendo su trabajo, esto porque ni otras personas necesitan saber la razón de nuestro voto; eso es personal, ya que nosotros simplemente confiamos en alguien que quizá para la próxima oportunidad de tener que votar pierda nuestro apoyo.
Con todo lo que puede significar para cada uno de nosotros esta actividad cívica, lo importante es que debemos tomarnos unos minutos y pedir al Altísimo la serenidad necesaria y poner de nuestra parte al hacer lo mejor y le aseguro que podremos esperar vivir en una patria mejor que la que hoy estamos haciendo.
samuel.berberian@gmail.com