URBANISMO Y SOCIEDAD
Urbanismo y violencia
Ante esto, el urbanismo está en camino de variar en su espacio y forma, así como su estructura social. Si eres un “urbanita”: un concepto de aquellas personas que han nacido o que viven en una gran ciudad y que prefiere la vida en ella que en el campo, o en una ciudad pequeña.
Estamos pasando pues a un campo totalmente diferente de lo que discutíamos en materia urbana, cuando realizamos los estudios del Urbanismo y el neoliberalismo en la década de 1980. Pero ahora habrá más barrios acaudalados y cada vez estarán más blindados. Se instalará plenamente una mezcla de lujo y depauperación, sin apenas solución de continuidad, algo que ya nos estamos acercando en Guatemala.
Es decir, los problemas de la violencia urbana producida en la Ciudad de Guatemala son asuntos para discutir en el urbanismo nacional donde existe una falta de estrategias urbanas en esta materia, donde no se han establecido jerarquías con base en el potencial de los recursos naturales y económicos.
Y la capital de la República se ha convertido en el centro de atracción de casi todas las actividades productivas del país y el centro principal de intercambio y de consumo. Ante esto los campesinos se han quedando sin opciones de trabajo, lo cual ha forzado el movimiento migratorio hacia Estados Unidos, pero la administración municipal consciente de este padecimiento poco ha hecho para tratar de paliar este problema.
Pero todo sigue en manos del ministro de Gobernación, López Bonilla, quien ha dicho que las extorsiones han tenido un incremento del 36 por ciento en los últimos años, y que las extorsiones son una de las diferentes acciones del crimen organizado en Guatemala. Según estudios, existen 28 puntos de extorsiones a los autobuses en la pura ciudad (PL 11/02/15). “Pero a veces con medidas simples, urbanas prácticas y de muy bajo costo se pueden lograr resultados positivos” (El País). Es decir, que la “mano dura” no ha sido una opción muy efectiva en la lucha contra la violencia en las ciudades. Alcaldes de tres ciudades de América Latina expresaron sus experiencias en una reunión en el Banco Mundial. Como la del alcalde López, de Honduras, en la frontera con Guatemala: “Hemos recuperado 350 espacios públicos y se ha trabajado en mejorar el alumbrado público, hemos creado cinco mil microempresas, hemos reducido el horario de locales nocturnos como las discotecas; entre las acciones tomadas, la prevención constituye el 80 por ciento”.