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Antonieta de Bonilla: “El efecto interno para combatir el alza de precios es poco o nulo”

El repunte de precios en el mercado internacional se viene observando desde el 2020, pero hoy se agudizó, por lo que a nivel local se debe actuar con cautela, opina Antonieta de Bonilla.

María Antonieta del Cid de Bonilla, expresidenta del Banco de Guatemala.

María Antonieta del Cid de Bonilla, expresidenta del Banco de Guatemala. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca)

Durante los últimos días, se ha observado un incremento de precios en diversos productos y servicios en Guatemala, originado en parte por el incremento a los precios de los combustibles, lo que, a su vez, deviene del aumento constante del crudo en el mercado internacional.

La expresidenta del Banco de Guatemala (Banguat), María Antonieta de Bonilla, respondió a una breve entrevista de Prensa Libre, en los términos siguientes:

¿Cuál es su análisis sobre el alza de los precios a los combustibles y sus efectos en la economía guatemalteca?

Los precios del petróleo y otros commoditties ya presentaban un comportamiento alcista significativo desde mediados de 2020. En el caso del petróleo y derivados, el aumento de precios ha obedecido a un desajuste entre la oferta y la demanda, ya que la fuerte contracción en su consumo observada en la primera mitad de 2020, debido a las restricciones impuestas por los gobiernos ante el Covid-19, llevó a los países productores a recortar la producción.

Y las empresas del sector energético redujeron la inversión y cuando inició la recuperación de la demanda, los suministros eran relativamente bajos, presionando fuertemente los precios al alza.

Por otra parte, las interrupciones en la cadena de suministro por las políticas de contención ante el Covid-19, resultaron en desabastecimiento y abonaron al encarecimiento de los productos.  De enero 2021 a octubre 2021, se registró un fuerte aumento en los costos de envío causado por la escasez de contenedores, la falta de personal en los puertos y los aumentos de la demanda, que no fue suplida con el aumento necesario en la producción.

El comportamiento al alza en los precios de las mercancías habría obedecido también a las medidas expansivas de política monetaria y fiscal implementadas desde el inicio de la pandemia. En particular, en los países industrializados, donde el gasto de gobierno aumentó considerablemente para amortiguar los efectos de la contracción de la demanda.

Derivado de lo anterior, desde el año pasado se comenzaron a observar repuntes en la inflación en Estados Unidos, Canadá y algunos países europeos, aunque en estos últimos, en menor magnitud. Asimismo, la inflación también se incrementó en algunas economías emergentes y en desarrollo.

Si bien durante mucho tiempo las autoridades monetarias de Estados Unidos aseguraron que el impacto en la inflación sería temporal mientras las condiciones descritas se normalizaban, posteriormente reconsideraron su postura y anunciaron el inicio (antes de lo previsto) de la normalización de la política monetaria.

Ante esta situación, ¿cuáles son las perspectivas inflacionarias para el 2022?

Derivado de la crisis más reciente por el conflicto Rusia-Ucrania, el incremento de precios se ha acelerado en las últimas dos semanas, sobre todo en productos como el petróleo, cuyo precio se acerca al observado antes de la crisis financiera global de 2008-2009.

Y el precio del gas natural, cuyo nivel de consumo aumenta significativamente durante la época de invierno en los países europeos, Canadá y Estados Unidos, también registra fuertes incrementos, siendo Rusia el proveedor de la tercera parte de la demanda europea, mientras que otros productos clave para la economía guatemalteca como el trigo, de los que Rusia y Ucrania producen un 25% de los despachos mundiales, también se han disparado a su nivel más alto desde 2008.

Aunque el comportamiento en el precio de estos productos podría repercutir en la inflación mundial, no debe perderse de vista el impacto negativo previsible en el ritmo de crecimiento económico, si el conflicto se prolonga, lo que podría contrarrestar los impactos en los precios, por los que las autoridades monetarias y fiscales deben estar muy atentas y actuar sin precipitación.

En el caso de Guatemala, el aumento en los precios del petróleo y derivados tiene un impacto directo e indirecto en los precios. El efecto indirecto o de “segunda vuelta” se da cuando el incremento en el precio de un producto afecta los de otros bienes y servicios como en el caso de los combustibles, que afecta el del transporte y por ende el de los alimentos y otros productos.

En el caso del trigo, los productos de panadería, tortillería, cereales y otros que son relevantes en la dieta del guatemalteco, reciben también el impacto. El Índice del precio de alimentos medido por la FAO, registró en febrero un 3.9% más que en enero y casi un 21% más que en febrero del año pasado.

En el contexto descrito, y de prolongarse por tiempo indefinido el conflicto Rusia-Ucrania, es muy probable que la inflación total para el presente año supere la meta establecida por la autoridad monetaria, aunque a febrero según el INE, la interanual alcanzó solo 2.98%.

Si usted fuese en este momento presidenta del Banguat y la Junta Monetaria, ¿qué tipo de medidas recomendaría?

Actuaría con mucha cautela, teniendo en cuenta que los factores que están incidiendo en el comportamiento de los precios son fundamentalmente de carácter exógeno y en este sentido, la política monetaria interna tiene poco o nulo efecto en combatirlos.

No obstante, hay que estar atentos a los efectos de segunda vuelta, sobre todo aquellos que están vinculados a un cambio en las expectativas de inflación de los agentes económicos y que puedan afectar la denominada inflación base. En todo caso, se debe actuar con mucha prudencia y gradualidad en cualquier acción que se considere necesario implementar.

ESCRITO POR:

Urias Gamarro

Periodista especializado en macroeconomía, finanzas públicas e infraestructura, con 20 años de experiencia en medios radiales, impresos y digitales.