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Efecto pandemia en el mercado laboral: Así quedó el desempleo, la informalidad y la pobreza en Guatemala

El covid-19 ha impactado en el mercado laboral guatemalteco durante los últimos dos años, lo que se reflejó en el aumento del desempleo a 2.2%, mientras la economía informal se ubicó en 70.8%

La pandemia impactó variables en el mercado laboral en Guatemala, confirmó el INE. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca)

La pandemia impactó variables en el mercado laboral en Guatemala, confirmó el INE. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca)

Los resultados de la Encuesta Nacional de Empleo e Ingresos (ENEI) 2021 confirmaron los estragos causados por la pandemia en el tejido laboral en general. Pero antes de dar a conocer los datos, el gerente del Instituto Nacional de Estadística (INE), Abel Cruz Calderón, aclaró que la comparación respecto al 2019 es en términos de tasas, no así en valores absolutos, ya que esta ENEI tomó como referencia el Marco de Muestreo del XII Censo Nacional de Población y VII de Vivienda 2018, que arrojó una población de 17.1 millones en el país.

Por lo tanto, se determinó que la Población Económicamente Activa (PEA) es de 7.4 millones de personas, a pesar de que 11.8 millones están en edad de trabajar (68% del total de habitantes). El otro 32% equivale a 5.4 millones, entre niños, ancianos y otros.

Principales hallazgos

En los diferentes indicadores del mercado laboral hay movimientos significativos en comparación con las ENEI del 2019 y 2018, y las variables están asociadas a los efectos de la pandemia: La tasa de ocupación en 2018 y 2019 fue de 98%, pero en 2021 bajo a 97.8%; la de desempleo abierto -que es el porcentaje de desempleados con respecto a la PEA- fue de 2.2% y es mayor al 2% de 2018 y 2019.

La tasa de desempleo para las mujeres es de 2.9% y para los hombres de 1.8%, mientras que la población ocupada equivale a 7.2 millones y la desocupada suma 164 mil habitantes, según la presentación. “Esto hay que verlo como la fotografía de octubre del 2021: la PEA era de 7.4 millones, de ellos 7.2 millones de personas estaban ocupadas y 164 mil desocupados”, ejemplificó el funcionario.

La tasa de desempleo abierto para el área urbano metropolitano -departamento de Guatemala- fue de 5.7% que es el más alto, seguido del resto urbano -cabeceras departamentales y municipios- 2.2% y resto urbano 1.1%. Es decir que el desempleo impactó más en el área metropolitana y fue más difícil que las personas se emplearan, en comparación con los otros sectores. Cruz Calderón, aseguró que el sector más golpeado es el femenino, ya que buscaban emplearse, pero no lo lograron. Mientras que la tasa de subempleo visible o por horas,  respecto a la PEA fue de 8.1% y se mantiene como en los últimos años.

El efecto pandemia

Para Cruz Calderón, el efecto pandemia en el mercado laboral en Guatemala se presentó en la estructura según la categoría de ocupación. Por ejemplo, la categoría patrón por cuenta propia fue de 4.2%, pero en 2019 y 2018 era de 2.6%. Ello, porque la pandemia obligó a generar nuevos emprendimientos y muchas personas que fueron despedidas de sus empleos tuvieron que emprender. La misma tendencia se observó en los trabajadores por cuenta propia (empleados o ayudantes de los anteriores) cuya tasa fue de 33.5%, pero antes era de 24.4%.

“Estamos a más de un año de pandemia, no hay datos del 2020 y posiblemente pudo ser mucho más, pero por la reactivación está mejorando. Las personas que se quedaron sin trabajo ahora están ayudando en varias actividades”, afirmó al explicar que, tanto el patrón por cuenta propia como los trabajadores por cuenta propia, compensaron la caída observada en el empleo privado, que fue de 31.9%, a pesar de que en el 2019 fue de 40.5%. Cruz Calderón detalló que esa caída de 8.6% en el empleo privado, fue absorbida por los trabajadores mencionados anteriormente.

Paulo de León, de la firma consultora Central American Business Intelligence (CA-BI), declaró que la muestra de esta ENEI confirma que hubo “un golpe” en el mercado y un cambio muy fuerte en las condiciones laborales en la formalidad, así como en el empleo total.

Precisó que se trata de un retroceso, y que la pandemia impactó la situación laboral del país: “la lógica económica recoge la dirección de los cambios en la matriz del trabajo y el área metropolitana fue mucho más afectada, ya que en el resto del país ingresan remesas familiares y eso compensó la falta de ingresos.

Al explicar el comportamiento de la informalidad, el consultor afirmó que las personas al quedarse sin empleo e ingresos “tuvieron que ver qué hacían” y se dedicaron a otras actividades, pero no se ha recuperado el empleo en las condiciones previas a la pandemia, aunque la economía si logró recuperarse en Guatemala. “El mismo fenómeno está pasando en varios países, en lo que se recupera la producción, pero no la ocupación. Las ventas y la economía ya se recuperaron, pero no así la situación laboral”, remarcó.

Recordó que la recuperación siempre va atrasada luego de una recesión, ya que primero se recupera el Producto Interno Bruto (PIB) y luego, el empleo. En el caso de Guatemala, explicó que es normal la presentación de un rezago y en algunas actividades económicas que están más lentas que otras como hoteles, lugares de entretenimiento, restaurantes, gimnasios, la recuperación requiere más tiempo. En todo caso, la recuperación del empleo se podría dar entre 2022 y 2023. “Todavía no hay que celebrar porque si bien, la economía se recuperó, el empleo aún no”, destacó.

Otra situación que resaltó De León es que en las cifras que muestra el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) sobre la recuperación del empleo, es que se trata de empresas grandes, lo que es un patrón muy común en todas partes del mundo, pues los impactos son similares en los mismos sectores y las restricciones afectaron más a unos que a otros. En ese sentido, la ENEI indica que en actividades como construcción, industria manufacturera y comercio, creció el empleo, pero en otras hubo una reducción.

Menos formalización

Por otro lado, según la ENEI, siete de cada 10 puestos de trabajo están ocupados en el sector económico denominado informal: en 2021 el porcentaje fue de 70.8%, mayor al 65.3% del 2019 y 69.5% del 2018.

Luis Mazariegos, coordinador del Observatorio Contra el Contrabando, (OCC), manifestó que el crecimiento del trabajo informal se debe a que no se fomenta la inversión formal para crear fuentes de trabajo y hay un ambiente muy pobre para la inversión.

“Para cualquier persona es difícil abrir un negocio e inscribirse en la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) para pagar impuesto sobre la renta, al valor agregado u otros como tasas municipales y además, pagar seguridad privada por el tema de las extorsiones. Esos costos son asociados para generar un empleo formal, en los cuales se pagan tributos, pero no hay otros gastos”.

Recalcó que no hay condiciones para invertir ni en el área urbana ni en la rural y luego se presentan situaciones como invasiones de tierra y bloqueos de carreteras que generan pérdidas, frenan la economía, más el desincentivo del contrabando.

Al no haber inversión y generación de empleo, el guatemalteco que debe de subsistir busca los medios de sustento a través de un negocio informal; entonces, lo común en el país es poner una venta en la calle, una tienda, hacer pan u otros productos, por no tener un empleo que le dé ingresos para cubrir sus gastos.

Los ingresos disminuyeron

Y precisamente sobre lo anterior, la ENEI también estableció que el ingreso promedio en los hogares reflejó una caída en 2021, cuando el promedio por hogar fue de Q2 mil 207 mensuales, cuando en el 2019 era de Q2 mil 429, lo que supone una disminución del 9% o sea Q222.

En el área urbano metropolitano, el ingreso promedio mensual fue de Q3 mil 348 (-6.7% respecto a 2019); el resto urbano, Q2 mil 419 (5.1%) y rural nacional Q1 mil 724 (-3.75).

ESCRITO POR:

Urias Gamarro

Periodista especializado en macroeconomía, finanzas públicas e infraestructura, con 20 años de experiencia en medios radiales, impresos y digitales.